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viernes, 31 de agosto de 2007

Los Malfoy y Snape

Continuación de La cena en el Gran Salón.
Todos los personajes son de J. K. Rowling.

A continuación, Kingsley se puso de pie y dijo:
-A quienes deseen seguir celebrando la victoria, les aconsejo que salgan al exterior del castillo, donde George Weasley ofrecerá un espectáculo de fuegos artificiales en honor a su hermano Fred y los demás caídos en la guerra. Les aseguro que son los mejores que verán en sus vidas.
La mayoría de los comensales siguió el consejo del ministro, a excepción de unos pocos. Entre ellos estaban los Malfoy.
-¿Qué hacemos ahora? -preguntó Draco a sus padres.
Lucius no respondió, sumido en sus pensamientos. Narcisa, en cambio, dijo rápidamente:
-Volver a la Mansión, por supuesto. No tenemos nada que temer.
-Pero seguramente el Ministerio querrá ajustar cuentas con nosotros por lo que hicimos a órdenes del Señor…
-Lo mejor es no llamarlo así donde puedan escucharnos, hijo -lo interrumpió Narcisa-. Dile “Ryddle” o “el Innombrable”. Mira, Draco, Potter me debe un favor enorme, sin mí él hubiese muerto en el Bosque Prohibido, y Ryddle no habría podido ser derrotado. Él se asegurará de que no terminemos en Azkaban. Pero debemos actuar como lo que somos: una familia mágica antigua y respetable. Los del Ministerio esperarán que mantengamos un bajo perfil, quizá que nos vayamos al extranjero. No debemos darles el gusto.
-Está bien, entonces regresemos a la Mansión. Pero tendremos que limpiar todas las evidencias del paso de Ryddle y los demás Mortífagos -dijo Draco.
-Nos ocuparemos de eso cuando estemos allá. Por ahora la prioridad es irnos el castillo antes de que alguien se acuerde de nosotros. Aprovechemos los fuegos artificiales de Weasley para salir de los terrenos de Hogwarts y Desaparecernos.
Liderados por Narcisa, los Malfoy se dirigieron a la salida, pero pronto oyeron una voz.
-Un momento, por favor.
Se volvieron y, para su sorpresa, encontraron a Harry Potter observándolos. Estaba claro que había escuchado toda o casi toda la conversación.
-Imagino que antes de irte, Draco, querrás que te devuelva esto -dijo mientras le tendía su varita-. Ahora podrás devolverle su varita a tu madre.
-De acuerdo, Potter… Gracias.
-No, Draco, gracias a ti. Involuntariamente, fuiste clave para que Ryddle muriese.
Draco no supo qué responder, pero Harry no esperaba respuesta alguna. Se volvió hacia Narcisa:
-A usted también quiero darle las gracias, señora Malfoy. Fue muy valiente al mentirle a Ryddle.
-Hice lo que tenía que hacer para proteger a mi hijo, Potter -respondió Narcisa con un poco de arrogancia.
-Y supongo -añadió Harry con un poco de ironía- que debería agradecerle también a usted, señor Malfoy. De no haber sido por su astuto plan para perjudicar a Arthur Weasley, yo no hubiese podido destruir el diario de Ryddle en mi segundo año en Hogwarts.
Como toda respuesta, Lucius gruñó.
Luego Harry volvió a dirigirse a Draco:
-Draco, estoy seguro de que tú y yo jamás seremos amigos. Han pasado demasiadas cosas entre nosotros desde aquel día en el Expreso de Hogwarts en el que yo rechacé tu amistad como para que podamos reconciliarnos. Pero me gustaría, al menos, una tregua entre nosotros. Imagino que después del verano querrás hacer tu séptimo año, como yo, y no será un año fácil para ninguno de los dos. Pero será un poco menos difícil sin ésta rivalidad entre tú y yo. ¿Estás de acuerdo?
Sin mirarlo a los ojos, Draco respondió:
-Sí, Potter.
-Dame la mano entonces.
Y con un apretón de manos, Harry Potter y Draco Malfoy pusieron fin a su enemistad. Desde esa noche, ninguno de los dos volvió a insultar o a burlarse del otro; de hecho, a partir de esa noche Draco y Harry intercambiaron muy pocas palabras, al menos hasta que sus hijos se conocieron y se hicieron amigos en Hogwarts.

Después de despedirse de los Malfoy, Harry salió del castillo, aunque no para ver los fuegos artificiales. Quería hablar con el nuevo ministro de la Magia.
Shacklebolt estaba parado junto a McGonagall, Slughorn, Sprout y Flitwick, observando el espectáculo de George.
-Kingsley, ¿podría robarte unos minutos?
-Por supuesto, Harry.
Harry y el ministro volvieron a entrar en Hogwarts y se detuvieron en uno de los pasillos, lejos de las luces y los ruidos del exterior.
-¿Qué necesitas?
-Quisiera saber qué se ha hecho con los cuerpos.
-Los de aquellos que tenían familiares que los reclamasen, los entregamos a ellos. Los que no tenían, los sepultaremos en Hogsmeade.
-¿Han encontrado el de Severus Snape?
-Sí, envié a un par de Aurores a la Casa de los Gritos a recuperarlo.
-¿No tiene parientes vivos?
-No, era hijo único y sus padres murieron hace muchos años.
-Entonces me gustaría ocuparme yo mismo de su entierro.
-¿Qué planes tienes?
-Quiero enterrarlo en el Valle de Godric, junto a mi madre.
-Bueno, será necesario bastante papeleo para lograrlo, pero no es imposible. Yo me ocuparé.
-Muchas gracias, ministro. De paso, ¿qué se hizo con el de Bellatrix Lestrange?
-Se lo dimos a su hermana Narcisa. Creo que lo enterrará en el panteón de los Malfoy, cerca de su mansión.
Harry arrugó el ceño pero no hizo ningún comentario. Él y Shacklebolt salieron nuevamente fuera del castillo y, antes de volver a unirse a los profesores de Hogwarts, el ministro le preguntó:
-¿Vas a pasar la noche con los Weasley en la Madriguera?
-No, iré a Grimmauld Place. Necesito estar un tiempo a solas.

jueves, 30 de agosto de 2007

Tres escenas más de Los Simpson

Homero practicando para el Día del Garrote:

El lado bueno y el lado malo de Homero:

Moe y el detector de mentiras:

miércoles, 29 de agosto de 2007

Blumberg - Sobisch

Lo que faltaba: el empresario, falso ingeniero, falso experto en seguridad y candidato a gobernador bonaerense Juan Blumberg decidió unir su destino político al del gobernador neuquino, responsable político del fusilamiento de Carlos Fuentealba y uno de los dos candidatos a presidente por el Grupo Mausoleo Jorge Sobisch. Tengo una sugerencia desinteresada para la flamante pareja: ¿qué tal si bautizan a su espacio político “Coalición de Expulsados del Macrismo”? Seguro que van a arrasar…

martes, 28 de agosto de 2007

La cena en el Gran Salón

Éste relato trascurre antes de Albus en Hogwarts y Reunión de profesores, pero no hace falta leerlos en el orden cronológico. Me gusta la idea de narrar lo que hizo Harry inmediatamente después de la muerte de Voldemort paralelamente con lo que hizo su hijo Albus en Hogwarts. Espero que les guste.
(Disclaimer: todos los personajes son de J. K. Rowling)

La cena en el Gran Salón, en el día de la derrota de Lord Voldemort, fue considerada histórica por todos los presentes, principalmente por el discurso de Harry Potter. Harry, Ron y Hermione se sentaron en la mesa de los profesores, ocupando los asientos pertenecientes a los Carrow y a Snape. Después de una hora en la cual las cientos de personas que asistieron al banquete comieron y bebieron a gusto, el ministro Shacklebolt se puso de pie y comenzó su discurso, utilizando el mismo hechizo para amplificar su voz que Lord Voldemort había empleado horas antes:
-Espero que la cena haya sido de su agrado. Esta noche celebramos algo que no hemos gozado del todo desde hace 30 años o más: la paz. Pues desde que Tom Sorvolo Ryddle inició su sangrienta guerra para “purificar” el mundo mágico, los magos y brujas de Gran Bretaña y del mundo hemos vivido aterrorizados por sus ataques. Incluso entre 1981 y 1994, cuando creíamos que Ryddle había desaparecido para siempre, seguíamos temiéndolo y no osábamos decir su nombre (o más bien el nombre que él mismo se inventó, “Lord Voldemort”, pues su nombre real era Tom Ryddle).
“Hoy podemos decir que no tenemos miedo, magos y brujas. Ryddle ha muerto definitivamente, y frente a nuestros ojos. Su cuerpo ha sido cremado, sus cenizas descansan en fondo del lago. No volverá para ponerse al frente de sus “Mortífagos”. La muerte, que es lo que ese mago tan terrible y poderoso más temía, lo ha alcanzado.
“Esto ha sido posible gracias a los esfuerzos de todos los magos y brujas de Gran Bretaña que no lo apoyaron en su cruzada maligna. Y todos serán recompensados en mayor o menor medida. Pero hay alguien a quien podemos llamar, sin temor a equivocarnos, el vencedor de Tom Ryddle: Harry James Potter.
El ministro se volvió hacia Harry y, con una gran sonrisa, le dijo:
-Harry, quiero agradecerte en nombre de todos los magos y brujas de Gran Bretaña y del mundo, y en nombre de todos los muggles que, sin saberlo, hubieran sido víctimas del régimen de Tom Ryddle. Y también en nombre de todos los hombres y mujeres (sin importar que fuesen magos o muggles) que fueron sus víctimas, personas maravillosas cuyas vidas fueron brutalmente segadas por Ryddle y sus seguidores. En nombre de todos ellos, te doy las gracias.
Un aplauso estruendoso inundó el Gran Salón. Todos los presentes se pusieron de pie y aplaudieron con entusiasmo a Harry Potter, mientras él sonreía, agradecía y se sonrojaba.
Después de unos minutos, el aplauso amainó. Shacklebolt dijo:
-Nuestra lucha no termina, magos y brujas. Muchos Mortífagos consiguieron escapar y probablemente continuarán luchando por destruir nuestro mundo, nuestra forma de vida. Pero serán vencidos, pues lo único que los unía era el poder de Tom Ryddle. Muerto él, su causa está perdida. En cambio, nuestra causa no depende de una persona, nuestra causa es la de cada mago o bruja dispuesto a defenderla. ¡Nuestra causa vencerá!
Una segunda ola de aplausos, tan larga y ruidosa como la anterior, volvió a llenar el salón.
-Concluyo éste discurso pidiéndoles que recuerden a todos los que fallecieron para que éste día llegase. Ellos nos acompañan, se los aseguro. Sus espíritus están tan felices como nosotros por la victoria. Ellos también ocuparán un lugar importantísimo en un nuevo mundo que construiremos juntos.
“Ahora Harry Potter dirá unas palabras. Escúchenlo con mucha atención. Ven aquí, Harry.
Harry se puso de pie y se acercó hasta donde estaba Shacklebolt. Ambos se fundieron en un estrecho abrazo, y luego el ministro volvió a su asiento. Harry, visiblemente nervioso pero decidido a cumplir su rol, se aclaró la garganta y dijo:
-Buenas noches a todos. En primer lugar, quiero agradecer a todos aquellos que dieron lo más valioso que poseían en la lucha contra Tom Ryddle: sus vidas. Quiero dar las gracias a mis padres, que murieron intentando protegerme de Ryddle hace 17 años; a Cedric Diggory, que murió hace casi 4 años cuando Ryddle recuperó su cuerpo; a mi padrino Sirius Black, asesinado por Bellatrix Lestrange hace 3 años en el Departamento de Misterios; a Albus Dumbledore -un tercer aplauso estalló, y Harry debió esperar unos minutos para continuar con su discurso-, el único mago a quien Ryddle tenía miedo, que murió el año pasado a manos de Severus Snape, en circunstancias de las que hablaré en más detalle más tarde; a Alastor Moody, asesinado por el propio Ryddle el año pasado; al elfo doméstico Dobby, quien nos ayudó a mí, a Ron Weasley, Hermione Granger y a otros prisioneros a escapar de la Mansión Malfoy, donde éramos prisioneros de los Mortífagos y donde seguramente hubiésemos muerto, pero que fue asesinado por Bellatrix Lestrange. Al ministro Rufus Scrimgeour, que fue torturado por los Mortífagos hasta la muerte por negarse a revelar mi paradero; pese a que tuvimos muchísimas diferencias, él dio su vida para protegerme, y le doy las gracias. A Ted Tonks, asesinado por Merodeadores hace unos meses por el “crimen” de ser hijo de muggles. A Remus y Nymphadora Lupin, que murieron combatiendo a Antonin Dolohov y Bellatrix Lestrange. A Fred Weasley, que también murió en la batalla, justo después de reconciliarse con su hermano Percy. A Colin Creevey, un joven mago hijo de muggles que eligió volver a Hogwarts para luchar contra los Mortífagos, y pagó el precio de su enorme valentía. A Regulus Black, que murió intentando destruir uno de los Horrocruxes de Tom Ryddle. Y a todos los magos y brujas que olvidé mencionar. A todos ellos les agradezco: ellos fueron los verdaderos héroes.
“También quiero agradecer a Severus Snape. El profesor Snape fue un Mortífago, pero siempre fue secretamente leal a Albus Dumbledore y a la Orden del Fénix, y trabajó para vencer a Tom Ryddle hasta el momento de su muerte. Explicaré esto más adelante, pero por ahora sólo quiero darle las gracias.
“En éste momento, muchos deben estar preguntándose cómo llegamos aquí. Es imposible comprender la locura destructiva de Tom Ryddle, eso es algo que sólo Ryddle podría explicar. Pero sí podemos comprender cómo Ryddle llegó a ser tan poderoso como para arrastrarnos a ésta maldita guerra.
“La historia comienza a mediados de los años ’20. En el pueblo de Pequeño Hangleton vivía un mago llamado Sorvolo Gaunt con sus hijos Morfin y Mérope. También vivía allí un atractivo muggle llamado Tom Ryddle, de quien Mérope estaba enamorada. No obstante, los Gaunt no eran la clase de familia que tolerase las uniones entre brujas y muggles. Ellos descendían nada más y nada menos que de Salazar Slytherin, y durante generaciones habían intentado mantener su sangre pura casándose sólo con sus primos. De modo que Morfin Gaunt castigó a su hermana por su pasión prohibida atacando a Ryddle. Los oficiales del Ministerio le borraron la memoria y arrestaron a Morfin por el ataque, llevándose consigo también a Sorvolo, quién opuso resistencia a la detención de su hijo. Mérope se quedó sola, y pudo dar rienda suelta libremente a su pasión por Tom Ryddle.
“Por medio de una poción de amor, Mérope sedujo a Ryddle y logró que éste se casara con ella y se fugasen juntos de Pequeño Hangleton. Al poco tiempo ella quedó encinta, y dejó de administrarle la poción a Ryddle, quizá creyendo que se había enamorado de ella o que al menos se quedaría a su lado por el bien de su hijo; no obstante, se equivocó: Ryddle la abandonó en un abrir y cerrar de ojos apenas se libró de los efectos de la poción. Deprimida, en la Nochevieja de 1926 Mérope dio a luz a su hijo en un orfanato muggle, y murió poco después, habiendo alcanzado apenas a pedir que bautizasen a su hijo Tom por su padre y Sorvolo por su abuelo materno.
“Tom Sorvolo Ryddle creció en el orfanato, y no solo desarrolló sus poderes mágicos desde temprana edad sino que logró ejercer un gran control sobre ellos, utilizándolos para atormentar a otros niños del orfanato. Al cumplir 11 años, Albus Dumbledore fue enviado para revelarle al joven Tom que él era un mago y que podía asistir, si lo deseaba a Hogwarts. Por supuesto Ryddle accedió y fue estudiante en Hogwarts entre 1938 y 1945. En esos años reunió en torno suyo a un grupo de estudiantes, la mayoría de ellos miembros de la Casa de Slytherin, sobre los cuales ejercía una enorme influencia y muchos de los cuales terminaron convirtiéndose en Mortífagos años después. Entre ellos, Ryddle utilizaba el nombre de Lord Voldemort (como muchos deben haber deducido, ‘Soy Lord Voldemort’ es un anagrama de ‘Tom Sorvolo Ryddle’).
“En 1943, Ryddle descubrió su propia identidad. Viajó a Pequeño Hangleton y conoció a su tío Morfin (Sorvolo había muerto años atrás), quien le reveló la historia de su hermana Mérope con Tom Ryddle. Ryddle entonces mató a su padre y sus abuelos muggles y alteró la memoria de su tío Morfin para que él confesara los asesinatos. También le robó a su tío el anillo de la familia Gaunt, que antes había pertenecido a Sorvolo. Morfin murió años después en Azkaban.
“Ese mismo año, Ryddle abrió la Cámara Secreta en Hogwarts, liberando al basilisco encerrado adentro por su antepasado Salazar Slytherin. El monstruo atacó y mató a una estudiante hija de muggles, que hoy sigue habitando los baños de Hogwarts como fantasma y es conocida como Myrtle la Llorona. La muerte de Myrtle asustó a las autoridades de Hogwarts, que decidieron cerrar el colegio. Como Ryddle no quería tener que quedarse en el orfanato muggle, decidió volver a cerrar la Cámara y acusó a Rubeus Hagrid, que entonces era estudiante de segundo año en el colegio, de ser el responsable de la muerte de Myrtle. Como Hagrid tenía una acromántula en el castillo, todos supusieron que había sido ella la responsable, y se castigó a Hagrid con la destrucción de su varita y su expulsión del colegio, pero Dumbledore utilizó su influencia para permitir que se quedase en Hogwarts como guardabosque.
“En su quinto año en Hogwarts, Ryddle se obsesionó con la posibilidad de alcanzar la inmortalidad. Después de varias investigaciones, él descubrió la existencia de los Horrocruxes, objetos en donde una persona puede guardar una porción de su alma. Para poder fabricar uno, hace falta desgarrar la propia alma mediante un asesinato, el acto más maligno que existe.
Harry miró a Slughorn, que se removía incómodo en su asiento, quizá temiendo que su nombre estuviese por ser nombrado, y le sonrió tranquilizadoramente. Su secreto estaba a salvo.
-Ryddle -continuó Harry- quería crear seis Horrocruxes, de modo que su alma quedase dividida en siete partes (él creía que el número 7 tenía un poder talismánico irresistible), aunque terminó creando siete Horrocruxes.
“El primer Horrocrux fue su diario íntimo. Ryddle lo creó tras la muerte de Myrtle la Llorona. También fue el primero en ser destruido: Ryddle se lo entregó a Lucius Malfoy sin revelarle lo que era realmente, creyendo que Malfoy se limitaría a esconderlo. Pero tras su caída, Malfoy creyó que Ryddle había muerto y decidió utilizar el diario para su propio beneficio. En 1992 colocó el diario en la mochila de Ginny Weasley, esperando que el espíritu residente en él la poseyera. Efectivamente eso sucedió, y Ginny, bajo su influencia, abrió la Cámara Secreta nuevamente. Por suerte, el basilisco no llegó a matar a nadie en esa ocasión, y yo logré matarlo con la ayuda del fénix Fawkes y de la espada de Gryffindor. Luego clavé uno de los colmillos del basilisco en el diario y, sin saberlo, destruí ese primer fragmento del alma de Ryddle.
Harry dijo todo esto en un tono monocorde, enumerando los impresionantes acontecimientos sin ninguna inflexión en su voz. No quería narrar sus aventuras, sino que la gente comprendiera aquella larga y extraña historia.
-El segundo Horrocrux fue el anillo de los Gaunt; Ryddle puso una porción de su alma en él tras asesinar a su padre. Más tarde lo escondió en las ruinas de la cabaña donde habían vivido los Gaunt, en Pequeño Hangleton. En 1996 Albus Dumbledore lo encontró y lo destruyó utilizando la espada de Gryffindor, pero la maldición que contenía dañó severamente su mano y lo hubiese terminado matando de no haber muerto a manos de Severus Snape. Recuerden ese detalle, por favor.
“El tercer Horrocrux fue el relicario de Salazar Slytherin. Éste había pertenecido a los Gaunt, pero había sido vendido a Borgin & Burkes por su madre Mérope en un momento de necesidad, y luego había ido a parar a manos de una anciana bruja llamada Hepzibah Smith. Ryddle la envenenó (hizo que el Ministerio creyese que la vieja elfina doméstica de Hepzibah, Hokey, la había envenenado por accidente) y le robó el relicario, al que convirtió en Horrocrux tras matar a un pescador muggle. Ryddle luego escondió el relicario en una cueva marina que había visitado cuando era niño, protegido por distintos sortilegios. Por causalidad, el Mortífago Regulus Black descubrió la existencia de ese Horrocrux y logró sacarlo de la cueva con la ayuda de su elfo doméstico Kreacher, pero él mismo murió a manos de los Inferi que Ryddle puso allí para protegerlo. Kreacher intentó durante años destruir el relicario pero no lo logró. Luego el Horrocrux fue robado por Mundungus Fletcher y vendido a Dolores Umbridge. Hermione Granger, Ron Weasley y yo logramos infiltrarnos en el Ministerio de la Magia y quitárselo. Severus Snape más tarde utilizó su Patronus para guiarnos al lugar donde estaba la espada de Gryffindor, y Ron la usó para destruir el relicario.
“Otro objeto que Ryddle robó a Hepzibah Smith fue una copa perteneciente a la antepasada de ella, Helga Hufflepuff. Ryddle la convirtió en su cuarto Horrocrux con la muerte de Hepzibah y se la entregó a sus más fieles seguidores, Rodolphus y Bellatrix Lestrange, para que la guardasen en su bóveda en Gringotts. Ron, Hermione y yo, con la ayuda del duende Griphook, logramos penetrar en la bóveda y robar la copa. Más tarde, en Hogwarts, Ron y Hermione entraron en la Cámara Secreta, y Hermione utilizó uno de los colmillos del basilisco para destruir la copa.
“El quinto Horrocrux era la diadema de Rowena Ravenclaw, robada por su hija Helena siglos atrás y escondida en Albania. El espíritu de Helena no es otro que la Dama Gris, fantasma de la Casa de Ravenclaw. Ryddle utilizó sus encantos para lograr que Helena le revelase el lugar donde había escondido la diadema de su madre, y luego viajó a Albania, mató a un campesino y utilizó ese asesinato para convertir la diadema en Horrocrux. Más tarde la escondió nada más y nada menos que en la Sala Multipropósito, en Hogwarts. Ron, Hermione y yo la encontramos y estábamos a punto de destruirla cuando nos interrumpieron Draco Malfoy, Vincent Crabbe y Gregory Goyle. Crabbe intentó matarnos utilizando el Fuego Maldito, pero lo único que consiguió fue destruir la diadema y morir quemado vivo -concluyó Harry con desprecio mal disimulado.
-El sexto Horrocrux fue la serpiente que Ryddle tenía como mascota, Nagini. Para crearla, Ryddle utilizó la muerte de Bertha Jorkins, una empleada del Ministerio a quien Ryddle y Peter Pettigrew secuestraron y asesinaron en 1994. Todos sabemos cómo fue destruida, pues Neville Longbottom la decapitó con la espada de Gryffindor frente al propio Ryddle.
El público, que había guardado silencio hasta ese momento, aplaudió calurosamente a Neville, quien dio las gracias con su timidez habitual. Una vez que los aplausos fueron amainando, Harry cambió su sonrisa en una expresión más seria.
-El séptimo Horrocrux de Tom Ryddle era yo.
“Como muchos de ustedes deben saber, mi madre Lily murió intentando protegerme de Ryddle cuando yo era bebé. Lo que casi nadie debe saber es por qué Ryddle intentó matarme.
“En 1979, Albus Dumbledore entrevistó a Sibyll Trelawney, aspirante al puesto de profesora de Adivinación en Hogwarts, en la taberna Cabeza de Cerdo. Durante esa entrevista, Trelawney cayó en un trance profético y predijo que “quien tiene el poder para destruir al Señor de las Tinieblas” nacería a fines de julio del año siguiente, hijo de “quienes lo desafiaron tres veces”, que “el Señor de las Tinieblas lo marcaría como su igual”, pero que “él conocería un poder que el Señor de las Tinieblas desconoce”, y que “ninguno podrá vivir mientras el otro viva”. Severus Snape, entonces trabajando como espía a ordenes de Ryddle, le informó a su amo de lo que había oído, y Ryddle decidió que quien se ajustaba a los términos de la profecía era yo mismo, pues nací el 31 de julio y era hijo de un mago y una bruja que lucharon contra él desde el comienzo, en la Orden del Fénix.
“Ryddle no había contado con una cosa: que Snape había sido amigo de la infancia de mi madre y que… estaba enamorado de ella. Cuando Snape supo que Ryddle había decidido matarme y que por ende tanto mi vida como la de mi madre corrían riesgo, cambió de bando y se puso al servicio de Dumbledore, revelándole las intenciones de su amo. Dumbledore intentó protegernos mediante un encantamiento Fidelius; mis padres hubiesen elegido como Guardián del Secreto a su amigo Sirius Black, pero él los convenció de darle esa responsabilidad a Peter Pettigrew. Pero Pettigrew traicionó a mis padres y le reveló a Ryddle su paradero, lo cual le permitió atacarlos. Mi padre fue el primero en morir, y Ryddle luego intentó convencer a mi madre de apartarse para que él pudiese matarme (Snape le había pedido que no la matase de ser posible), pero ella se negó. Ryddle entonces la asesinó, pero olvidó algo muy importante: al morir para salvarme, ella me había dado una protección mágica muy poderosa. De modo que cuando me lanzó el Avada Kedavra, la maldición rebotó e hizo blanco en él.
“En ese momento, algo extraordinario y sin precedentes ocurrió. El alma de Ryddle se dividió nuevamente, y un fragmento fue a parar en mí. De allí provino la conexión que siempre existió entre él y yo, y el hecho de que yo tuviese algunos de sus poderes, como la habilidad de hablar pársel.
“El fragmento del alma de Ryddle residente en mí fue destruido anoche, magos y brujas, por el propio Ryddle. Yo me enteré de mi propio carácter de Horrocrux gracias a Snape, que me permitió ver sus recuerdos antes de morir, y cuando supe la verdad decidí dejar que Ryddle me matase, para así terminar la destrucción de los Horrocruxes y dejar a Ryddle como un simple mortal.
La revelación generó una ola de susurros en el Gran Salón, pero Harry continuó con su relato.
-Lo que sucedió entonces, ni siquiera yo lo comprendo del todo. Lo único que es seguro es que el Avada Kedavra que Tom Ryddle me lanzó no logró matarme, pero destruyó el fragmento de su alma que había en mí.
“No creo que haga falta que les explique cómo murió Ryddle, todos lo vieron. Lo último que les contaré es lo que se refiere a la muerte de Albus Dumbledore. El director, como conté antes, estaba agonizando por culpa del hechizo que contenía el Horrocrux de Ryddle. Sabiendo que Ryddle le había encargado a Draco Malfoy la misión de matarlo, arregló las cosas de modo que quien lo terminase matando fuese Severus Snape. No fue un asesinato, magos y brujas, pues Dumbledore y Snape ya lo habían concertado de antemano.
“Snape, como conté antes, nos reveló a Ron, Hermione y yo la ubicación de la espada de Gryffindor, con la que conseguimos destruir el relicario de Slytherin. También, durante su período como director, intentó contener a los Carrow y evitar que matasen alumnos, como le había pedido Dumbledore que hiciera en caso de que la escuela cayese en manos de los Mortífagos. Fue un héroe, magos y brujas, aunque no un héroe perfecto. Los héroes no están hechos de bronce y mármol, sino de carne y hueso, cometen errores y tienen debilidades. Y Severus Snape fue probablemente el héroe más humano, más imperfecto de la historia mágica. Pero debe ser recordado y sus acciones deben ser agradecidas. Por eso pido un aplauso para Severus Snape, director de Hogwarts.
Una nueva ola de aplausos, tan entusiasta como la antes dedicada a Albus Dumbledore, se produjo. Cuando terminaron, Harry dijo:
-Y eso es todo, amigos y amigas. Quiero darles las gracias por escucharme con tanta paciencia. Espero que recuerden éste discurso para poder contarles a sus hijos la verdad cuando les pregunten por esta guerra que acaba de terminar. Gracias.
El último aplauso fue el más largo y ruidoso de todos los que marcaron esa memorable cena.

lunes, 27 de agosto de 2007

Esperando a un Fabio Máximo

Las elecciones se acercan, y el kirchnerismo puede, al menos por ahora, conservar la calma. La oposición pareciera querer regalarle la elección del 2007 con sus increíbles metidas de pata. Así tenemos, por ejemplo, al “peronismo disidente” (al que un amigo del Coronel bautizó, plagiando a Kirchner, “Grupo Mausoleo) que va a las elecciones con dos candidaturas presidenciales en vez de una, la de Alberto Rodríguez Saá y la de Jorge Sobisch. Es extraordinario que un ¿partido, movimiento, espacio político? que arrastra menos votos que el partido neonazi de Biondini divida así su escasísimo caudal electoral. Ya de por sí el hecho de que impresentables como los Rodríguez Saá, Menem, Sobisch, Puerta & cía. crean posible ganar una elección en la Argentina posterior a la crisis del 2001 supera mi capacidad de análisis.
Elisa Carrió y Ricardo López Murphy eligieron hacer una alianza, y generaron resistencias por izquierda y por derecha. Los dirigentes del ARI, fundado por Carrió en un 2001 cada vez más lejano y olvidado, que ya se habían debido tragar varios sapos, aceptando las alianzas de su líder con gente tan copada y progresista como Juanjo Sebrelli, Patricia Bullrich, Enrique Olivera y el rabino Bergman, decidieron que López Murphy era el límite y que aliarse con tipos como él era inaceptable.
La oposición del PRO de Mauricio Macri parece ser menos ideológica y más ligada al orgullo del jefe de Gobierno porteño electo. Carrió y Macri tienen una larga historia de enfrentamientos, principalmente porque Carrió detesta a Macri. Recordemos que ella apoyó a Ibarra en el 2003, compitió directamente contra él en las legislativas del 2005 (y le dio palos muy duros), y éste año apoyó a Telerman. Quizá Macri hubiese perdonado todo eso y bendecido discretamente la alianza de Murphy con Carrió, si ella no hubiese cometido la estupidez de criticar, una vez más, a Macri en una entrevista radial. De modo que Macri le planteó a su aliado una opción aparentemente de hierro: “o ella o yo”. Todavía no se sabe a quién elegirá Murphy, pero está claro que la responsable de ésta pelea innecesaria es Carrió.
Ya se está imponiendo en muchos la idea de que el año de la oposición será 2011 y no 2007; así piensa, por ejemplo, el dueño del blog Imágenes y comentarios, cuyas opiniones respeto a pesar de que generalmente no las comparta. Incluso Mariano Grondona parece creer esto. En su artículo de ayer en La Nación, él habla de dos estrategias para vencer al kirchnerismo: enfrentarlo a todo o nada en estos comicios, o esperar a que se desgaste y forzarlo a abandonar el poder. El Doctor, muy docto en Historia antigua, utiliza el ejemplo de Quinto Fabio Máximo el Contemporizador, un político y general romano del siglo III a. C. que logró expulsar a Aníbal de Italia evitando los combates frontales con su ejército y obligándolo a permanecer en pie de guerra hasta que acabó siendo forzado por los conflictos entre sus tropas y las escaramuzas de los romanos a abandonar la península y regresar a Cartago. Para el Doctor, el que mejor encarna el espíritu fabiano en la política argentina contemporánea es Macri, quien prefirió conquistar la Jefatura de Gobierno porteña y esperar al 2011 para aspirar al sillón de Rivadavia. Supongo que la comparación es adecuada, aunque dudo mucho que Macri conozca la historia de Fabio Máximo o de cualquier otro general romano. No es precisamente un gran intelectual, aunque hay que reconocer que tiene varios intelectuales competentes a su servicio, como el Doctor o Ale Rozitchner (lo mismo que los Kirchner tienen a José Nun y a José Pablo Feinmann entre sus filas).
Continuando con las metáforas romanas, podríamos decir que Carrió, Murphy, Lavagna y el Grupo Mausoleo encarnan el espíritu de los cónsules Cayo Flaminio y Gneo Servilio Gemino, que enfrentaron a Aníbal en la batalla del lago Trasimeno, en el 217 a. C. El resultado fue terrible para los romanos: su ejército de alrededor de 40.000 soldados fue aniquilado por el genial militar cartaginés, dejando un saldo de 30.000 muertos y 10.000 prisioneros. Los cartagineses apenas perdieron 1.500 hombres. (Un muy buen relato de la batalla puede leerse en éste link). Tras esa debacle, Fabio Máximo se hizo cargo de la conducción de la guerra. ¿Sucederá lo mismo con el “Fabio Máximo porteño”?

domingo, 26 de agosto de 2007

Reunión de profesores

(Todos los personajes salvo Servilia Crouch, Gerald e Isaac Prewett, Agamemnon Lestrange, Livius Black, Portia Nott, Michael, Louis y Valerie Rosier pertenecen a J. K. Rowling. Éste es el tercer relato de fan fiction sobre la saga de Harry Potter que publico en mi blog, después de Después de la batalla y Albus en Hogwarts)

Todos los años, después del banquete inaugural, el director o directora de Hogwarts se reunía con los jefes de las Casas en su despacho para tomar una copa. Esa era la ocasión perfecta para hablar de los nuevos estudiantes y de los planes para el año que comenzaba. Albus Dumbledore había dado inicio a la tradición en su primer año como director del colegio. Dolores Umbridge probablemente no la hubiese continuado, pero como ella no alcanzó a estar un año entero como directora de Hogwarts, y terminó en Azkaban pocos años después, a nadie le importaba lo que hubiese podido o no hacer en ese puesto. Severus Snape no se atrevió a encontrarse cara a cara en privado con los jefes de las Casas, ninguno de los cuales apoyaba a Voldemort (pese a que en secreto él trabajaba en su contra). Pero Minerva McGonagall había restaurado la costumbre, y Servilia Crouch la continuaba.
De los cuatro jefes de Casas, quien parecía más contento era sin duda Horace Slughorn. Filius Flitwick, profesor de Encantamientos y jefe de Ravenclaw, Ernie MacMillan, profesor de Defensa contra las Artes Oscuras y jefe de Hufflepuff, y Neville Longbottom, profesor de Herbología y jefe de Gryffindor, estaban bastante menos entusiasmados.
-¡Albus Potter en mi Casa! -exclamó Slughorn- ¡Nunca me hubiese imaginado que viviría para ver el día en que un nieto de Lily Evans terminase en Slytherin!
-El Sombrero estuvo bastante… caprichoso éste año. La selección fue rapidísima -dijo Neville, mientras observaba su copa de vino.
-Es cierto -comentó Flitwick-. Nadie hubiese imaginado que un Lestrange terminaría en Gryffindor y una Weasley en Ravenclaw.
-Nadie hubiese imaginado que un Lestrange volvería a poner pie en Hogwarts después de todos los crímenes que cometieron Rodolphus, Rabastan y sobre todo Bellatrix -dijo Crouch con aspereza-. ¿De quién es hijo?
-De Rabastan -respondió Ernie, cuya esposa Susan Bones trabajaba en el Ministerio de la Magia-. Después de la muerte de Ryddle, los hermanos se separaron para siempre. Rodolphus… bueno, todos sabemos lo que quiso hacer. Intentó convertirse en un nuevo Señor de las Tinieblas y reunir en torno a sí a todos los Mortífagos que habían sobrevivido a la batalla de Hogwarts, pero no era tan poderoso, astuto o temible como Ryddle y no logró ganarse su confianza. Y fue lo bastante estúpido como para acudir a Lucius Malfoy con sus absurdos planes. Malfoy lo entregó al Ministerio en un abrir y cerrar de ojos. No duró ni dos años en Azkaban. Rabastan, en cambio, tuvo la inteligencia de huir del país. Tengo entendido que se refugió en Francia, de donde su familia es oriunda.
-¿Y allí tuvo a Agamemnon? -preguntó Flitwick.
-Sí. Él se había escondido con sus parientes franceses, y vivía con bastante tranquilidad. Pero pronto se dio cuenta de que se estaba poniendo viejo y que con su muerte se extinguiría para siempre la familia Lestrange. De modo que hizo que sus familiares le buscasen una esposa francesa de sangre pura, se casaron y al cabo de un tiempo tuvieron un hijo.
-¿Y cómo pudo mandar a su hijo a Hogwarts sin que el Ministerio lo molestase? -preguntó Crouch.
-Bueno, él no solo quería que los Lestrange no desapareciesen, sino que también quería que conservasen su nombre y su status en Inglaterra. De modo que le envió una carta a Shacklebolt ofreciéndole entregarse y afrontar los cargos en su contra si su mujer y su hijo podían vivir en Inglaterra y disponer de sus propiedades y su dinero. Shacklebolt aceptó (aunque creo que le impuso una multa del 25% a los bienes de los Lestrange), y Rabastan volvió a Inglaterra… y a Azkaban.
-¿Cuándo sucedió esto? -preguntó Slughorn.
-Hace unos 10 años.
-¿Y Agamemnon conoce a su padre? -preguntó Crouch.
-No, Rabastan murió el mismo año en que lo encerraron -Ernie hizo una mueca-. Aunque ya no haya Dementores en Azkaban, eso no significa que sea un lugar agradable donde vivir, ¿saben? La mayoría de los prisioneros no suele durar mucho. Aunque hay algunos más resistentes: me cuentan que Dolores Umbridge sigue viva, aunque ha perdido la razón.
-Éste año tenemos muchos alumnos provenientes de familias que creíamos extintas, ¿cierto? -dijo Slughorn- No sólo por Agamemnon Lestrange, sino por Livius Black y por Isaac Prewett. Creía que ya no quedaban varones en esas familias.
-Son descendientes de squibs, Horace -dijo Flitwick-. El bisabuelo de Livius es Marius Black, un nieto de Phineas Nigellus que fue desheredado por ser squib. E Isaac es nieto de un tal Gerald Prewett. También era un squib, pero los Prewett lo trataron un poco mejor. Creo que trabajó como contador. Ambos desarrollaron poderes mágicos, por lo que fueron aceptados en Hogwarts.
-Supongo que esto debería enseñarnos a no subestimar a los squibs. Probablemente los Black nunca hubiesen imaginado que el último de sus descendientes en llevar el apellido sería biznieto de aquel squib al que tanto despreciaban -comentó Neville, recordando como sus abuelos y sus tíos habían temido que él mismo fuese un squib.
-También hay una Rosier, Valerie -dijo Flitwick-. ¿Es hija de Evan Rosier?
-No, su nieta -respondió Ernie-. Evan murió hace demasiado tiempo como para tener una hija tan joven. Su padre es Michael Rosier, hijo de Evan.
-Vaya, no sabía que Evan Rosier tuviese un hijo -comentó Slughorn-. Recuerdo que él estuvo en mi Casa. No era un estudiante brillante, pero tenía buen linaje.
Los demás profesores intercambiaron miradas cómplices, recordando que Slughorn, a pesar de no tener prejuicio alguno contra los hijos de muggles o los mestizos, consideraba que ser de sangre pura era a priori un rasgo positivo.
-Rosier era uno de los Mortífagos más leales a Ryddle, junto a los Lestrange -dijo Ernie-. Su hijo Michael es de la misma generación que Neville y yo, pero no se unió a los Mortífagos. Su madre y su abuela decidieron que era más seguro para él crecer en Francia, de modo que se trasladaron allí. Michael estudió en Beauxbatons, se casó y tuvo a Valerie y a un hijo llamado Louis. Unos años después de la muerte de Ryddle, Michael consideró que era seguro volver a Inglaterra, y se estableció aquí.
-¿Y Valerie terminó en Slytherin, cierto? -preguntó la directora.
-Sí, el Sombrero la mandó a mi Casa apenas rozó su cabeza, como a Scorpio Malfoy y a Albus Potter -dijo Slughorn.
-Todavía no comprendo cómo Albus terminó en Slytherin… -dijo Neville-. No me malinterpretes, Horace -dijo dirigiéndose a Slughorn-, no creo que haya nada de malo en formar parte de tu Casa. Pero sus padres, sus abuelos y sus tíos estuvieron todos en Gryffindor.
-Bueno -dijo Slughorn con cierta aspereza-, Sirius Black provenía de una familia en donde todos estuvieron en Slytherin y fue enviado a Gryffindor por el Sombrero con tan pocas vacilaciones de su parte como con Albus.
-Espero que no tenga problemas -dijo Ernie.
-¿Por qué habría de tenerlos? -replicó Slughorn con frialdad.
-Bueno, en su año hay muchos estudiantes parientes de Mortífagos. Tenemos a Scorpio Malfoy, para empezar, cuyo padre y abuelo fueron Mortífagos… Los padres de Antoine Zabini y Perseus Flint no fueron Mortífagos, pero siempre sospeché que apoyaban las ideas de Ryddle… El abuelo de Portia Nott fue Mortífago, y creo que su padre Theodore no se unió a las filas de Ryddle solo porque era demasiado joven -ante la mirada escéptica de Slughorn, Ernie añadió-: Draco Malfoy fue una excepción, Ryddle lo aceptó como Mortífago porque quería vengarse de sus padres encomendándole una misión peligrosa…
Sintiendo la tensión entre los profesores, la directora Crouch intervino:
-Bueno, no creo que recordar hechos tan antiguos nos lleve a nada. Sólo porque sus padres hayan sido Mortífagos o simpatizantes de los Mortífagos no significa que los alumnos que mencionaste lo sean, Ernie. Creo que debemos alegrarnos de que el Sombrero tome decisiones como la de ésta noche. Seguramente Albus Potter ejercerá una influencia positiva entre sus compañeros, y se reducirá la rivalidad que existe entre los de Slytherin y los de Gryffindor.
Slughorn asintió.
-Por mi parte, siempre he creído que la pertenencia a tal o cual Casa no tiene la menor importancia. En el Club de las Eminencias siempre trato de mezclar magos y brujas talentosos, sin importar de qué Casa sean.
Neville, Ernie y Flitwick convinieron con Slughorn porque por naturaleza ninguno de los tres gozaba de los enfrentamientos verbales y porque, en el fondo, les caía bien su colega. Contenta por haber conjurado cualquier disputa entre los profesores, Servilia Crouch bebió lo que quedaba de vino en su copa y se puso de pie, indicándoles que se iba a dormir. Ernie, Neville, Flitwick y Slughorn también se pusieron de pie, se despidieron de la directora y se fueron a sus dormitorios.
Crouch quería irse a la cama, pero antes sintió que debía revisar sus recuerdos.
En su testamento, Albus Dumbledore había legado su Pensadero a Hogwarts. Era desde entonces propiedad de la escuela, como la espada de Godric Gryffindor, y descansaba en la oficina del director para que él o ella lo utilizasen a voluntad. Crouch tomó su varita del escritorio, la apuntó a su sien, extrajo sus recuerdos y los vertió en el Pensadero. Luego acercó su rostro a la superficie líquida y pronto entró en ese mundo en donde nadie podía verla ni oírla.
Estaba de pie en el campo. Caía una suave nevada, cuyo frío, por supuesto, no podía sentir. El lugar se trataba de una granja bastante vieja y desolada. Pronto vio acercarse a un grupo de tres personas. Se distinguió a sí misma entre ellos. Servilia Crouch, mucho más joven y con su hermoso cabello negro totalmente desprovisto de canas, caminaba rápida y decididamente hacia la granja. Estaba acompañada por Ojoloco Moody y por Amelia Bones.
-¿Es aquí? -preguntó Crouch a los otros dos Aurores.
-Sí, Servilia -contestó Moody-. Nos lo dijo Dumbledore.
-¿Es una de las propiedades de su familia? No parece la clase de lugar en donde viviría un Rosier -dijo Bones.
-Es la granja de un viejo muggle. Rosier lo mató e hizo desaparecer su cadáver, no sin antes cortarle el cabello y las uñas. Hace un par de semanas que se está haciendo pasar por él mediante la Poción Multijugos, pero dudo mucho que pueda seguir así para siempre. Debemos actuar ahora, antes de que Rosier decida buscarse otro lugar para vivir -respondió Moody.
Crouch y Bones asintieron. Luego Bones preguntó:
-¿Intentaremos capturarlo vivo?
-Le ofreceré la posibilidad de rendirse, pero no creo que acepte. Habrá que Aturdirlo.
Crouch dijo:
-Sinceramente, no tengo muchos deseos de que Rosier sobreviva.
Ni Moody ni Bones hicieron comentario alguno al respecto.
-Amelia, tú quédate afuera y vigila la casa para que no escape. Servilia y yo entraremos.
-De acuerdo, Alastor.
Moody, la Crouch del pasado y la Crouch del presente se aproximaron a la puerta. Moody utilizó un hechizo para abrir la cerradura y no tardaron en entrar a la casa.
El lugar era muy oscuro, pues Rosier había cerrado las persianas para evitar que lo viesen desde afuera sin haber tomado la poción. En las semanas en que había estado viviendo allí, el Mortífago no se había preocupado mucho por la limpieza.
Crouch y Moody se aproximaron lentamente al living de la casa. Había un plato con restos de comida. Moody se aproximó, los tocó con la punta del dedo y dijo:
-Están muy calientes. Todavía está aquí…
De pronto, alguien gritó “¡Sectumsempra!”, y de la nariz de Moody comenzó rápidamente a manar abundante sangre. Evan Rosier apareció de la nada, con su varita apuntando al Auror, y gritó “¡Avada…!”, pero no llegó a pronunciar la maldición pues Crouch le lanzó un Cruciatus. Rosier se retorció en el suelo, y Moody aprovechó para quitarle su varita con Expelliarmus. Evan Rosier estaba vencido.
Crouch, todavía apuntando a Rosier con su varita, miró con preocupación a Moody. Para su horror, vio que el Sectumsempra de Rosier le había cortado un pedazo enorme de su nariz. Y fue entonces que su rabia hacia lo que Rosier le había hecho a su amigo y colega estalló, haciéndola gritar:
Avada Kedavra!
-¡NOOO! -gritó Moody demasiado tarde.
El rayo verde salió de la varita de Servilia Crouch e impactó directamente en Rosier, que no tuvo tiempo de cambiar la expresión de odio de su rostro. Estaba muerto.
-¡CÓMO PUDISTE HACER ESO! -gritó Moody, y en dos pasos cubrió la distancia que lo separaba de Crouch, la sujetó de los hombros y se puso a sacudirla violentamente.
-¡CÓMO SE TE OCURRIÓ MATAR A UN PRISIONERO DESARMADO!
Servilia, desesperada, apuntó su varita a la puerta por donde habían entrado y dijo “Muffliato”, evitando así que Amelia escuchase el vozarrón de Moody desde el exterior de la casa.
-¡¿Acaso te has vuelto loca?! ¡Ya sé lo mucho que odias a los Mortífagos, pero no podemos matarlos a menos que constituyan una verdadera amenaza, Servilia! ¡Rosier estaba desarmado!
-Suéltame, Alastor -dijo Servilia fríamente. Moody fue aflojando la presión de sus dedos en sus hombros, y ella aprovechó para liberarse.
-Escucha, yo no quise hacerlo. Es que… vi lo que ese animal te hizo y… perdí los estribos.
-¡No es la primera herida que me han hecho, y seguramente no será la última! ¡¿Acaso no lo sabes, Servilia?!
-¡Por supuesto, Alastor, lo sé! ¡Y si pudiera volver atrás y no matar a Rosier, lo haría, créeme! ¡Pero lo hice y no podemos deshacerlo!
-Tendrás que ir a Azkaban por esto, Servilia.
-Tú sabes bien que eso es imposible. Soy la mejor Auror del Departamento, me necesitan. El Innombrable todavía tiene seguidores peligrosos, como los Lestrange, que siguen en libertad y continuarán matando a menos que los detengamos. ¿De qué sirve mandarme a Azkaban? Rosier era un perro, Alastor. Nadie lamentará que esté muerto.
Moody gruñó:
-¿Qué les diremos a Amelia y a los demás Aurores?
-Que maté a Rosier cuando te lanzaba un Avada Kedavra. Después de todo, no es la primera vez que esto pasa. Amelia podrá testificar que escuchó su voz empezando a pronunciar la maldición.
-No me gusta nada, Servilia. No podemos rebajarnos al nivel de los Mortífagos de esa manera.
Pero Crouch notó que su tono era de resignación más que de rebeldía. Estaba claro que Moody estaba dispuesto a encubrir el asesinato de Rosier, aunque de muy mala gana. Crouch le dijo:
-Te prometo que seré más cuidadosa en el futuro, Alastor. No pienso volver a utilizar ninguna Maldición Imperdonable a menos que sea absolutamente necesario.
-Me aseguraré de eso, Servilia -dijo Moody lanzándole una mirada muy penetrante-. Salgamos de aquí, hay que hablar con Amelia antes de que decida entrar a ver qué pasó.
Crouch se inclinó, tomó la varita de Rosier que Moody había dejado caer cuando comenzó a sacudirla y la puso en la mano del cadáver. Luego ambos salieron de la habitación.
La Servilia Crouch actual salió del Pensadero y se sentó en su escritorio nuevamente.
He recorrido un largo camino desde lo de Rosier. Sobreviví prácticamente a todos los Aurores de mi generación, y supe retirarme a tiempo del trabajo, lo mismo que supe reaparecer a tiempo en la guerra contra Ryddle. Nadie sabe qué pasó en esa granja, logramos que todos creyesen que yo maté a Rosier para defender a Alastor. Es cierto que Alastor sabía la verdad, y que Amelia probablemente la sospechaba, pero ambos mantuvieron la boca cerrada; el propio Ryddle, años más tarde, me hizo el “favor” de matarlos.
Ahora estoy a muy pocos pasos de lograr lo que el pobre Barty jamás logró: ser ministra de la Magia. Shacklebolt pronto renunciará y yo estoy entre sus posibles sucesores, eso lo dicen hasta en El Profeta. No entiendo, entonces, por qué me preocupa tanto tener a la nieta de Rosier en Hogwarts. Ella nació décadas después de la muerte de Alastor y Amelia, por no hablar de la de su abuelo. Pero no puedo evitar sentir cierto desasosiego ante la perspectiva de que ella esté aquí. ¿Por qué le tengo tanto miedo?

sábado, 25 de agosto de 2007

Diez preguntas sobre Historia argentina

Las preguntas se me ocurrieron a mí, y las puse en ElForro en noviembre. Espero que me perdonen mi falta de originalidad al republicarlas acá en vez de poner un texto nuevo, pero un parcial -justamente de Historia argentina- me tuvo muy ocupado. Suerte con las preguntas y por favor digan cuantas acertaron.

1) ¿Cuántos presidentes constitucionales renunciaron a su cargo?
2) ¿Cuántas veces fue reformada la Constitución?
3) ¿Cuántos golpes de Estado exitosos hubo en el siglo XX?
4) ¿Cuál de estas tres personas no fue presidente?:
Juan Manuel de Rosas
Santiago Derqui
Juan Domingo Perón
5) ¿Cuántos ex presidentes han sido asesinados?
6) ¿Todos los presidentes de facto eran militares?
7) ¿Cuántos presidentes constitucionales hubo en la Argentina desde 1983?
8) ¿Cuántos vicepresidentes hubo desde 1983?
9) ¿Cuál fue el presidente que más años en total estuvo en su cargo?
10) ¿Cuántos presidentes murieron estando en su cargo?

Respuestas:
1) Ocho renunciaron (Bernardino Rivadavia, Santiago Derqui, Miguel Juarez Celman, Luis Saenz Peña, Roberto Ortíz, Héctor Cámpora, Fernando De la Rúa y Adolfo Rodríguez Saá) y dos adelantaron la entrega del mando a su sucesor (Raúl Alfonsín y Eduardo Duhalde).
2) Seis veces: en 1860, 1866, 1898, 1949, 1957 y 1994.
3) Seis: el de 1930, el de 1943, el de 1955, el de 1962, el de 1966 y el de 1976.
4) Rosas fue gobernador de Buenos Aires, no presidente (aunque, en los hechos, tenía más poder que un presidente).
5) Dos: Justo José de Urquiza y Pedro Aramburu.
6) No: José María Guido, un civil, fue puesto como presidente de facto tras el golpe militar de 1962.
7) Ocho: Alfonsín, Carlos Menem, De la Rúa, Ramón Puerta, Rodríguez Saá, Eduardo Camaño, Duhalde y Néstor Kirchner.
8) Cinco: Víctor Martínez, Duhalde, Carlos Ruckauf, Carlos “Chacho” Álvarez y Daniel Scioli.
9) Julio Roca, que gobernó entre 1880 y 1886 y entre 1898 y 1904. Un total de 12 años.
10) Tres: Manuel Quintana, Roque Saenz Peña y Perón.

viernes, 24 de agosto de 2007

Albus en Hogwarts

Nuevamente, me puse a escribir un relato de fan fiction sobre la saga de Harry Potter, aunque éste trascurre después del epílogo de Deathly Hallows, 19 años después del relato anterior. Espero que les guste.
(El disclaimer de rigor: todos los personajes le pertenecen a J. K. Rowling, a excepción de Servilia Crouch, Perseus Flint, Isaac Prewett y Antoine Zabini)

SLYTHERIN!”, rugió el Sombrero Seleccionador. El Gran Salón quedó en silencio, sin los habituales aplausos de la mesa perteneciente a la Casa de Slytherin hacia su nuevo miembro. Y no era rara tal reacción, pues quien acababa de ser sorteado en Slytherin era nada más y nada menos que Albus Severus Potter, hijo de Harry Potter, el vencedor de Lord Voldemort, y de Ginny Weasley, cuya familia había pertenecido a la Casa de Gryffindor durante generaciones.
Sólo una persona en el Gran Salón estaba absolutamente feliz por la sorpresiva decisión del Sombrero: Horace Slughorn, profesor de Pociones y jefe de la Casa de Slytherin. Al igual que quién había sido su antecesor en ambos puestos, Severus Snape, Slughorn tendía a favorecer a ciertos estudiantes. La diferencia entre ellos era que Snape favorecía a los estudiantes pertenecientes a Slytherin, mientras que Slughorn favorecía a todos aquellos estudiantes talentosos, prometedores o emparentados con personas influyentes, sin importarle a qué Casa pertenecieran. Tanto los padres de Albus Potter como sus abuelos paternos habían estado entre los favoritos de Slughorn. Por distintos motivos, Slughorn los había recibido con brazos abiertos en su círculo de alumnos preferidos; no obstante, ni Lily Evans ni James Potter ni Ginny Weasley ni Harry Potter habían sido también miembros de su Casa: todos habían sido de Gryffindor. Ahora tenía la posibilidad de tener a un Potter en su Casa, y la consideraba como algo caído del cielo.
Slughorn estaba especialmente contento porque Albus era el nieto de Lily, que era su estudiante predilecta en la familia, sobre todo por su habilidad en hacer pociones. De todas las personas que murieron a manos de Voldemort, Lily era la que más había lamentado.
Ignorando la reacción de los demás en el Gran Salón, Slughorn aplaudió con entusiasmo, rompiendo el silencio. Los demás profesores y los alumnos de Slytherin se unieron tímidamente. El profesor encargado de llevar a los alumnos de primer año a la ceremonia de selección, Neville Longbottom, que había quedado paralizado por la sorpresa, reaccionó finalmente y le indicó a Albus Potter que se quitase el Sombrero y se ubicase en la mesa de Slytherin.
Cuando se puso de pie, el niño fue objeto de todas las miradas. Los profesores y alumnos notaron que era muchísimo más parecido a su padre Harry que su hermano mayor James. Tenía sus mismas facciones, contextura física y color de pelo y ojos. No obstante, había diferencias entre padre e hijo: Albus tenía el pelo más lacio y mejor peinado, no era miope y, por supuesto, no tenía la cicatriz en forma de rayo en la frente.
Albus Potter no miró a la mesa de Gryffindor, donde estaba sentado su hermano James, ni a la fila de alumnos de primer año esperando su turno de ser sorteados, donde estaba parada su prima Rose Weasley. Con una expresión que esperaba que fuese impasible, se dirigió a la mesa de Slytherin y se sentó al lado de Scorpio Malfoy. Nadie lo miraba, todos tenían los ojos fijos en el niño que estaba siendo sorteado, Isaac Prewett -que también terminó en Slytherin-, pero estaba claro que eso se debía a que no querían hablarle.
El Sombrero continuó eligiendo las Casas de los alumnos, y la segunda sorpresa de la noche (aunque no tan espectacular como la primera) fue que mandó a Rose Weasley a la Casa de Ravenclaw en vez de a Gryffindor, como todos esperaban. James Potter (a quién apodaban “James Potter II” para no confundirlo con su abuelo tocayo) estaba más abatido que nunca por haber perdido la oportunidad de compartir su Casa con su hermano y su prima; especialmente por no estar con su hermano.
La comida que les sirvieron era deliciosa, pero Albus apenas la probó, incómodo por ser el alumno más vigilado del Gran Salón. Intentó mantener su rostro impenetrable, pero su preocupación era evidente: ¿por qué el Sombrero lo había mandado tan rápidamente a Slytherin? ¿Por qué no le había dado la oportunidad de elegir, como a su padre? ¿Era él acaso un mago oscuro en potencia?
Scorpio Malfoy comía en silencio, pero observaba a Albus Potter de reojo. Finalmente decidió hablarle:
-¿Eres el hijo de Harry Potter, verdad?
Él conocía la respuesta, por supuesto, pero quería empezar un diálogo con Albus de alguna manera, y ésa fue la única que se le ocurrió.
-Sí -respondió Albus sin un vestigio de emoción en su voz-. ¿Y tú eres hijo de Draco Malfoy, verdad?
No sabiendo si Albus se estaba burlando o no de él al usar sus mismas palabras en la pregunta, Scorpio respondió:
-Sí. Y de Pansy Parkinson.
Hubo un tenso silencio entre ambos, y luego Albus lo rompió diciendo:
-Mi papá me contó que tu papá y él… no se llevaron bien cuando estaban en Hogwarts.
-Sí, mi madre me ha dicho lo mismo sobre mi padre y el tuyo.
Un segundo silencio, un poco más pesado que el anterior, siguió a éste breve diálogo. Scorpio luego dijo:
-¿Tienes tu propia lechuza mensajera?
-Sí, se llama Geraldine. ¿Y tú?
-Mi padre me compró una ayer en el callejón Diagon. Se llama Lucas. Me pidió que le escriba apenas llegue a Hogwarts con la noticia de en qué Casa me han seleccionado. Lo haré mañana por la mañana.
-Papá y mamá quieren que haga lo mismo. Pero creo que mi carta no será tan fácil de escribir como la tuya. No sé cómo decirles que estoy en Slytherin.
-Sólo escríbelo en el papel sin hacer comentarios. No es nada vergonzoso.
-¿Cómo te habrías sentido tú de haber sido sorteado en Gryffindor?
Scorpio guardó silencio, pensando en esa posibilidad. De estar él en la mesa de Gryffindor, estaría temblando incontrolablemente ante la perspectiva de hacerle saber a su padre que él, un Malfoy, no había entrado en la Casa de Slytherin. Probablemente su padre le enviaría una carta fría felicitándolo por estar en Gryffindor, y lo trataría con mayor frialdad aun en la mansión, durante las vacaciones. Su padre no solía enfadarse cuando él hacía algo malo, simplemente lo trataba con mayor distanciamiento que de costumbre.
Y su madre… Bueno, su madre era harina de otro costal. Pansy Parkinson había crecido hasta convertirse en una mujer tan cruel y desagradable como había sido de adolescente. Como esperaba su padre y los padres de Draco, la joven pareja se casó un par de años después de la derrota de Lord Voldemort, y tuvieron a Scorpio.
Ptolomeus Parkinson, Lucius y Narcisa Malfoy habían estado muy satisfechos con la unión de sus retoños. En cuanto a la madre de Pansy, Marie, nadie la tomaba en cuenta. Como hija de un muggle y de una bruja, su marido y sus consuegros la consideraban apenas un recipiente donde había estado su hija y nuera durante 9 meses. Ni Ptolomeus ni Marie recordaban el por qué de su matrimonio, pero tenían bien claro el por qué continuaban juntos: ella, por su dinero, y él, por las apariencias (y porque entre los magos no existía el divorcio).
Pansy despreciaba a su propia madre. Más que un recipiente, Pansy la veía como la mujer por culpa de cual ella era mestiza y no de sangre pura. Muchas veces había pensado “Si mi abuela no se hubiese acostado con ese horrible muggle… si mi padre se hubiese casado con una bruja decente…” Pansy consideraba a Draco como una suerte de pira bautismal en la cual lavaba su pecado de ser mestiza al engendrar hijos de sangre pura. No sentía amor por él, sino cierta atracción física y, sobre todo, una adoración reverencial por su linaje.
Pansy Malfoy no era cariñosa con su hijo. Se había preocupado por enseñarle qué significaba ser un mago de sangre pura, un Malfoy y un miembro de la Casa de Slytherin, y cada vez que él hacía algo que ella consideraba impropio de alguien perteneciente cualquiera de esas tres categorías, lo criticaba con severidad y continuaba su acoso hasta reducir al pequeño Scorpio a las lágrimas. Su táctica era desgarrar la autoestima de su hijo y echar sal en las heridas una y otra vez, para someterlo.
Scorpio se había distraído pensando en su madre y en cómo ella lo trataría en caso de no entrar en Slytherin. Albus, que lo había estado mirando con atención durante unos segundos, lo sacó de sus oscuros pensamientos:
-En cualquier caso, papá me dijo que no lamentaría que yo acabase en Slytherin. Dijo que la Casa de Slytherin ganaría un excelente estudiante.
-Entonces quizá no se enfade. ¿Y tu madre? -dijo Scorpio pensando en Pansy.
-No lo sé. Los Weasley siempre han sido sorteados en Gryffindor, y es posible que se sienta triste al saber que su hijo no lo ha sido.
-Tal vez el hecho de que tu prima esté en Ravenclaw mejore las cosas. El Sombrero ha estado muy extraño éste año…
-No creo. He crecido escuchando que Slytherin es un nido de magos oscuros… Aunque por otra parte también me han contado que Horace Slughorn peleó contra Voldemort en la batalla final, hace 19 años…
-Sí, y Severus Snape fue espía de la Orden del Fénix entre los Mortífagos.
-Mi padre me contó hoy que me pusieron Severus como segundo nombre en su honor. ¿Fue realmente un hombre valiente?
-En mi casa jamás lo nombran. Recuerdo que una vez les pregunté a mis padres si ellos habían conocido a Snape, pero mi madre me abofeteó antes de que terminase de decir su nombre, y me prohibió hablar del tema.
-¡Eso es terrible, Scorpio! ¿Tu madre te golpea?
-Sólo cuando realmente la saco de sus casillas. Generalmente me regaña -dijo Scorpio, sin darle importancia.
Albus era joven, pero no tonto, y decidió no preguntarle demasiado sobre su familia. No obstante, Scorpio continuó hablando.
-Mi padre estuvo al servicio del Señor de las Tinieblas por muy pocos años. Me fui enterando de los detalles a través de los retratos de la Mansión Malfoy, que vieron muchas cosas. Mi padre, mi abuelo Lucius, mi tía Bellatrix y mi tío Rodolphus fueron Mortífagos. Parece que el Señor de las Tinieblas utilizó la Mansión como cuartel general durante los últimos años de la guerra, pero ese es el único tema del cual ni siquiera los retratos osan hablar. Aun le temen.
-¿Por qué lo llamas “el Señor de las Tinieblas” en vez de “Voldemort” o “el Innombrable” o “Tom Ryddle”?
El Ministerio y los medios de comunicación habían dejado de referirse a Lord Voldemort como “el Innombrable”, pero no se atrevían a llamarlo Voldemort, por lo que decidieron denominarlo oficialmente por su nombre más odiado, el que le puso su madre en el orfanato muggle. Así, Lord Voldemort pasó a ser llamado “Tom Sorvolo Ryddle” en los documentos oficiales y en los artículos de El Profeta.
-No lo sé, mis padres y mis abuelos lo llaman así en casa. La segunda vez que mi madre me golpeó fue cuando dije, sin querer, “Voldemort”.
-Bueno, dado que está muerto, no importa demasiado cómo lo llamemos.
El discurso de la directora de Hogwarts, Servilia Crouch, fue seguido con bastante atención por los alumnos de primer año y algunos de los de segundo, pero los demás ya lo conocían de memoria y no se molestaron en prestarle atención, aunque no se atrevieron a hablar. Albus, Rose, Scorpio y los demás se enteraron de que estaba prohibido entrar al bosque que rodeaba al castillo, y que estaba prohibido hacer hechizos en los recreos y en los pasillos, además de comprar productos de la sucursal de Sortilegios Weasley en Hogsmeade.
Luego Crouch pidió que cantasen el himno del colegio:
-Cada uno puede elegir su propia melodía -añadió con poco entusiasmo. Sabía que era parte del protocolo, pero estaba claro que no era su parte favorita, a diferencia de Dumbledore.

Hogwarts, Hogwarts, Hogwarts,
enséñanos algo, por favor.
Aunque seamos viejos y calvos
o jóvenes con rodillas sucias,
nuestras mentes pueden ser llenadas
con algunas materias interesantes.
Porque ahora están vacías y llenas de aire,
pulgas muertas y un poco de pelusa.
Así que enséñanos cosas que valga la pena saber,
haz que recordemos lo que olvidamos,
hazlo lo mejor que puedas, nosotros haremos el resto,
y aprenderemos hasta que nuestros cerebros se consuman.

Una vez que terminaron, Crouch les ordenó ir a la cama, y los prefectos se pusieron de pie para guiar a los alumnos de primer año a los dormitorios.
Los dormitorios de Slytherin eran subterráneos, y estaban ubicados bajo el lago donde años atrás habían sido esparcidas las cenizas de Lord Voldemort. El prefecto los llevó a través de corredores bastante laberínticos hasta una pared de piedra no muy distinta de las otras, se detuvo, golpeó su varita contra la pared y se escuchó una voz profunda solicitando la contraseña. El joven respondió “Pisapapeles”, y la pared se abrió, dejándolos pasar.
La sala común de Slytherin estaba iluminada por el fuego que ardía en el medio de la habitación, y por varias luces verdes que colgaban de cadenas y le daban un aspecto fantasmal. El elemento más destacado era la piedra: las paredes, el suelo y el techo eran de piedra, y los sillones estaban tallados en piedra (aunque tenían almohadones verdes para hacerlos más cómodos). No hacía frío en la sala común, pues el fuego la mantenía calida, pero daba una impresión de frialdad muy intensa.
La habitación de Albus, Scorpio y otros tres chicos de primer año tenía cinco camas con postes, cuyas sábanas eran verdes. Las luces eran también verdes allí, y menos intensas que las de la sala común.
La cama de Albus era muy cómoda y mullida, eso debía admitirlo. No obstante, el sueño no venía. Su mente recién había asimilado el hecho de que él, Albus Potter, era un Slytherin cuando se quitó la ropa, se puso el pijama y se metió entre las sábanas. Durante los siguientes siete años él debería dormir en esa cama.
Albus notó que había muchísimas serpientes esculpidas y pintadas en la habitación. Las patas y los postes de las camas tenían forma de serpiente, las sábanas tenían una serpiente bordada y cadenas de las lámparas que iluminaban la habitación eran sostenidas por serpientes de piedra. Albus posó sus ojos en una de esas serpientes y pensó en voz alta:
-Deberé acostumbrarme a esto.
Cuando se dio cuenta de lo que había dicho, miró a las demás camas para ver si alguien lo había oído. Tres de los estudiantes (Perseus Flint, Isaac Prewett y Antoine Zabini) dormían, pero Scorpio Malfoy estaba despierto y lo miraba con sorpresa.
-¿Qué dijiste? -dijo Scorpio.
-Que deberé acostumbrarme a estar en Slytherin.
-Te escuché perfectamente, pero no dijiste eso. Emitiste una especie de siseo, Al… -iba a decir “Albus”, pero no estaba seguro de si sería lo correcto. Luego pensó en decirle “Potter”, pero prefirió no completar la oración.
-¿Te estás burlando de mí…? -Albus también sopesó las posibilidades de llamarlo “Scorpio” o “Malfoy”, pero también eligió no dirigirse a él con ningún apelativo… por el momento.
-¡No, te lo juro! ¡Parecías…! -Scorpio se quedó callado. Recordó algo que había leído en uno de los libros de su abuelo Lucius y finalmente se dio cuenta de lo que había ocurrido:
-¡Hablas pársel, Albus! -dijo, emocionado y olvidándose de su política de no usar apelativos con el hijo de Harry Potter.
-¿Qué es el pársel?
-¡La lengua de las serpientes! ¡Muchos magos extraordinarios la han hablado: Salazar Slytherin, el Señor de las Tinieblas…!
-Y mi padre. Me dijo que cuando Voldemort intentó matarlo y falló, le transfirió su habilidad de hablar con las serpientes, pero que cuando él lo mató, perdió esa habilidad. Nunca me dijo que se llamara así.
-Imagino que no poder hablar pársel no le debe haber gustado mucho.
-En realidad no le molestó. Dijo que le parecía algo… siniestro.
-No lo es, Albus, ¡es genial! Puedes convencer a una serpiente de que no te ataque o que no ataque a alguien, en caso de que no puedas detenerla con magia, puedes incluso utilizarlas como soldados…
-Voldemort hacía eso, Scorpio. Mi abuelo Arthur fue mordido por una serpiente que actuaba obedeciendo órdenes suyas, creo que se llamaba Nagini, y casi murió.
-Bueno, piensa en poder hacerle eso a tus enemigos, Albus. Cómo te envidio…
Albus reflexionó. La idea de dar órdenes a una serpiente para atacar a alguien era horrible, pero la idea de utilizar la posibilidad de hacerlo como amenaza era otra cosa… Quizá incluso fuese la llave que le permitiría limar asperezas con sus compañeros de Slytherin, puesto que sería la primera vez desde que Ryddle terminó sus estudios en Hogwarts que un estudiante de esa Casa hablaba pársel. Pero debía asegurarse de que la noticia no saliese de la sala común de Slytherin, pues no quería ser visto como un segundo Ryddle en potencia.

jueves, 23 de agosto de 2007

¿Injusticia corregida?

Hace unos días publiqué un mail que recibí de la página web de la revista Barcelona, en el que se informaba que una patota al servicio de la Municipalidad de la ciudad de San Miguel de Tucumán secuestró una muestra de contratapas de la revista y golpeó a uno de sus organizadores. Ayer recibí éste otro mensaje:

Este jueves 23 de agosto se reinaugura la muestra “Tucumán arde. Contratapas de la revista
Barcelona” en la peatonal Muñecas al 200, frente a la librería El Griego, en San Miguel de Tucumán.
A diferencia de lo que ocurrió con Julio López, la muestra “Tucumán arde”, de contratapas de la revista
Barcelona, apareció sana y salva.
De todos modos es bueno aclarar que ninguna autoridad de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán aclaró por qué se llevaron las gigantografías ni por qué le pegaron a uno de los organizadores.
Tampoco hubo una explicación sobre quién dio la orden de secuestrar la muestra ni mucho menos una disculpa. Las contratapas fueron devueltas por la Dirección de Tránsito de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, en un gesto que la ennoblece y la aleja de toda sospecha.
La redacción de la revista
Barcelona aclara que en ningún momento buscó la exposición mediática de los últimos días y que no tiene ninguna responsabilidad por la enorme estupidez e impunidad con que se manejaron los agresores.
Asimismo, la redacción de la revista
Barcelona no tiene más remedio que agradecer todas las muestras de solidaridad recibidas desde el secuestro de la muestra y espera que a partir de ahora el canal de diálogo con los lectores vuelva a su cauce natural: el de las puteadas y los insultos.
Redacción de la revista
Barcelona:
Ingrid Beck, Mariano Lucano, Pablo Marchetti, Fernando Sanchez, Javier Aguirre, Eduardo Blanco, Mariana Pellegrini, Daniel Riera, Hernán Ameijeiras, F.G. Mazzeo, Carolina Topatigh.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Después de la batalla

Yo siempre me resistí a leer y escribir relatos de fan fiction sobre la saga de Harry Potter, pues existía la posibilidad de que la autora terminase contradiciéndolos en sus libros. Pero ahora que la saga ha terminado, decidí poner manos a la obra y escribir un relato de lo que, para mí, ocurrió después del último capítulo de Harry Potter and the Deathly Hallows. Espero que les guste.
Segun tengo entendido, es necesario incluir ésta aclaración antes de cualquier texto de fan fiction: todos los personajes le pertenecen a J.K. Rowling (a excepción de Servilia Crouch).

Harry Potter estaba muy cansado. “Cansado” es de hecho un eufemismo para definir lo que sentía tras haber vencido a Lord Voldemort, pero es la mejor palabra que hay.
Después de encerrarse en su dormitorio en la torre de Gryffindor, almorzar un sándwich traído por Kreacher y dormir una siesta de varias horas, Harry se sintió un poco mejor, con más fuerzas. Cuando bajó a la sala común, los alumnos de Gryffindor que estaban allí lo recibieron con un estruendoso aplauso. Harry se sonrojó y agradeció a todos.
Luego se le acercaron Ron y Hermione, que se habían unido al aplauso.
-Harry, Kingsley y McGonagall quieren verte en la oficina del director -le dijo Hermione después de saludarlo.
-¿No puede esperar? Quisiera hablar con Ginny antes.
-¿Vas a hacer esperar al ministro de la Magia y a la directora de Hogwarts? -dijo Hermione con su tono más regañón- Ya sé que Voldemort ha muerto, Harry, pero la guerra aun no termina. Estoy segura de que ellos deben tener cosas importantes que decirte.
De mala gana, Harry coincidió con Hermione en que debía ir con Shacklebolt y McGonagall. Como quería llegar rápido, se puso la Capa de Invisibilidad y pudo caminar por los pasillos de la escuela sin ser molestado por todos quienes querían felicitarlo, agradecerle o hacerle preguntas. Finalmente llegó a la oficina de Dumbledore -nunca podría dejar de pensar en ella como la de Dumbledore- y entró sin que las gárgolas le pidiesen la contraseña.
McGonagall estaba sentada en su escritorio y Shacklebolt en la misma silla que Voldemort había ocupado años antes cuando se entrevistó con Dumbledore para solicitarle el puesto de profesor de Defensa contra las Artes Oscuras.
-Buenas tardes, profesora. Buenas tardes, ministro -dijo Harry tímidamente.
-No hace falta que me llames “ministro”, Harry -dijo Kingsley amablemente-. Puedes tutearme si quieres, nos conocemos desde hace mucho. Siéntate.
Harry sonrió, asintió y tomó asiento al lado de Shacklebolt. Luego McGonagall habló:
-Potter, hemos decidido que aquellos estudiantes que, como tú, Ron Weasley y Hermione Granger no pudieron hacer el séptimo año a causa de la guerra, serán readmitidos y podrán volver a Hogwarts el año que viene.
-Me alegra mucho. ¿Ya ha decidido quienes serán los nuevos profesores?
-Bueno, tenemos tres vacantes que cubrir: Estudios Muggles -de paso, el ministro y yo hemos decidido que a partir del año próximo esa asignatura pasará a ser obligatoria para todos los alumnos-, Transformaciones y Defensa contra las Artes Oscuras. También tendremos que elegir a un nuevo vicedirector y a un nuevo jefe de la Casa de Gryffindor. Por ahora solo tengo una candidata para profesora de Defensa contra las Artes Oscuras, Servilia Crouch. ¿La conoces?
-No. ¿Es pariente de Barty Crouch?
-Su hermana menor. Fue Auror durante la primera guerra y se jubiló después de que el Innombrable fue vencido. Reapareció cuando se enteró del ataque a Hogwarts y ha luchado con gran talento y valentía. Ayudó a capturar a unos cuatro o cinco Mortífagos.
-¿Hay muchos Mortífagos sueltos? -preguntó Harry.
-Bueno, me temo que sí -respondió Kingsley-. La batalla estaba bastante pareja cuando Tom Ryddle murió (a partir de ahora Voldemort será denominado así oficialmente), y la alegría que causó en nuestro bando verlo morir permitió que muchos Mortífagos huyeran del castillo. Los más destacados son Rodolphus y Rabastan Lestrange.
-Son muy peligrosos. Ellos serían los únicos capaces de intentar reanudar la guerra.
-En realidad, Harry, los Mortífagos a quienes interrogamos nos dicen que la lealtad de Rabastan hacia Ryddle flaqueó bastante a causa de sus años en Azkaban, de modo que no me extrañaría que terminase huyendo del país. Pero Rodolphus le era casi tan fanáticamente leal como su esposa Bellatrix. Por eso he puesto a todos los Aurores del país a buscarlo.
-¿Y los Dementores, los hombres lobo, los gigantes, los vampiros y todos esos monstruos que apoyaron a Vol… digo, a Ryddle? –preguntó Harry.
-Con los gigantes hemos tenido suerte. La tribu que Ryddle reclutó era bastante numerosa, pero al cabo de pocos días de emprender la marcha hacia Inglaterra se trenzaron en una lucha intestina y acabaron matándose entre ellos. Los supervivientes se desbandaron y solo tres decidieron continuar su viaje hacia nuestro país para unirse a Ryddle, más que nada porque no tenían ningún otro lugar adonde ir. Los tenemos acorralados en el Bosque Prohibido, y he enviado a Hagrid para ofrecerles la posibilidad de abandonar el país. Después de todo, ellos solamente intervinieron en la batalla de Hogwarts.
“El grupo de hombres lobo se disolvió con la muerte de Ryddle y la captura de Greyback. Es una pena que Remus haya muerto, porque podría habernos sido muy útil para parlamentar con ellos, dado que no confían en los magos. Algunos continuarán luchando contra nosotros por su cuenta, pero al menos estoy casi seguro de que no volverán a unirse.
“En cuanto a los vampiros, me dicen que han escapado a Europa Oriental o Rusia. Sólo participaron de la guerra porque Ryddle les prometió que tendrían carta blanca para alimentarse de muggles bajo su régimen.
“Los Dementores serán el próximo objetivo de los Aurores. Por supuesto, no cometeré el error de dejarles volver a Azkaban como guardianes. Una vez que Rodolphus Lestrange esté capturado o muerto, nos ocuparemos de ellos.
-Parece que tienen todo bajo control, min… Kingsley.
-Quiero creer que sí, Harry. Te hemos llamado para informarte de ello y para pedirte algo.
-¿Quieren que les cuente todo lo que Dumbledore me dijo?
-Queremos que se lo cuentes a toda la comunidad mágica, Harry -dijo McGonagall-. Esta noche habrá un banquete en el Gran Salón, y queremos que des un discurso relatando todo lo que sabes sobre Ryddle.
-¿Yo, dar un discurso? No soy bueno para esas cosas. ¿No podría hacerlo alguno de ustedes?
-Debes ser tú -dijo Shacklebolt-. Solo tú conoces los hechos de cabo a rabo. Además, la gente confía en ti. Imagino que hay muchos datos inverosímiles en la biografía de Tom Ryddle que no nos creerían ni a Minerva ni a mí.
-De acuerdo. Por cierto, ¿qué hicieron con el cuerpo de Ryddle?
-Hice que lo cremasen y esparciesen sus cenizas en el lago -contestó Kingsley.
-Hubiera sido un acto de justicia poética sepultarlo en Pequeño Hangleton junto a su padre y sus abuelos muggles -dijo Harry con una sonrisa perversa.
-Sí, pero consideré más útil hacerlo de esa manera. En primer lugar, cientos de personas me vieron incinerar el cadáver, de modo que nadie podrá dudar jamás de que Ryddle está muerto. En segundo lugar, si lo hubiese enterrado en algún cementerio, por más modesto que fuese, su tumba se hubiese convertido en un lugar de peregrinación para quienes comparten sus ideas.
-Supongo que es lo mejor. Ryddle era un monstruo, pero tenía una sola virtud: le tenía mucho cariño a Hogwarts. Es lo correcto que sus cenizas descansen aquí -dijo Harry mientras se ponía de pie-. Kingsley, profesora, ¿me necesitan para algo más?
-No, Potter, eso es todo. Pídele ayuda al señor Weasley y a la señorita Granger para escribir tu discurso y ve al Gran Salón a las 9. Siéntate en la mesa de los profesores junto al ministro y a mí -le respondió McGonagall-. Ahora puedes irte a hablar con la señorita Weasley.

lunes, 20 de agosto de 2007

Algunas escenas de Los Simpson

Imitando a Zabalita, decidí poner algunas de los mis escenas favoritas de Los Simpson (una serie con la que yo crecí, literalmente).
Homero Thompson:
El resurgimiento de la Unión Soviética:
Homero y Marge huyen de sus hijos, parodiando Atrapame si puedes:
Homero fuma marihuana:

domingo, 19 de agosto de 2007

Eliaschev, de Macri a Binner

El periodista Pepe Eliaschev -a quien Diego F. apoda “Pepe Pompín” desde que pidió solapadamente reprimir a los asambleístas de Gualeguaychú- nunca ha ocultado su antikirchnerismo militante, especialmente desde que su programa en Radio Nacional fue levantado por presiones oficialistas. Éste antikirchnerismo lo ha llevado a dar su apoyo bastante explícitamente a otros candidatos. No le puedo reprochar eso, puesto que hay otros periodistas aun más explícitos en su apoyo al kirchnerismo (el caso más claro es el de Horacio Verbitsky, que hoy también publicó un editorial, Lo que vendrá, en el que alaba a la “Concertación Plural” diciendo que los Kirchner lograron con Cleto Cobos lo que Juan Perón no logró con Amadeo Sabattini en 1945 ni con Ricardo Balbín en 1973).
Pero que menos de tres meses pueda pasar de escribir un editorial cantando loas a la victoria de Mauricio Macri y Gabriela Michetti en la Ciudad de Buenos Aires -al que puso el sutil título de Macri, jefe; Gaby, jefa, pese a que el PRO aun no había ganado la segunda vuelta porteña- a escribir otro (Tal vez, Hermes) apostando a la victoria del Partido Socialista santafecino y a su proyección nacional, no puede dejar de sorprender. Solo el odio irracional al kirchnerismo justifica pasar de ser macrista (¿o “michettista”?) a binnerista en tan poco tiempo.

viernes, 17 de agosto de 2007

A song for the lovers - Richard Ashcroft


I spend the night
Yeah looking for my insides in a hotel room
Waiting for you

We’re gonna make it tonight
Yeah something in the air tells me the time is right
So we’d better get it on

And DJ, play a song for the lovers, tonight
Please, play a song for the lovers, tonight

Don’t wanna wait
Lord I’ve been waiting all my life but I’m too late again
I know but I was scared

Can’t you see
I’m moving like a train into some foreign land
I ain’t got a ticket for this ride but I will

Ooh, play a song for the lovers, tonight
DJ, play a song for the lovers, tonight
DJ, play a song for the lovers, tonight
Please play a song for the lovers, tonight
(Can’t stop looking back no no)
One more for the lovers

Oh brother won’t you lend a hand
I’m alone in a room and I'm waiting for love
I don’t know when this trains gonna stop
But I’m telling you friend I don’t want to get up

jueves, 16 de agosto de 2007

Secuestran la muestra de la revista Barcelona en Tucumán y golpean a uno de los organizadores

Yo estoy suscripto al sitio web de la revista Barcelona, y recibo un boletín cada dos semanas con la imagen de la tapa de la última edición e información sobre actividades de la publicación. Hoy, junto con la tapa, el mail contenía ésta noticia:

Este jueves 16 de agosto de 2007, por la mañana, un grupo de unas 10 personas secuestró la muestra “Tucumán arde, Contratapas de la Revista Barcelona”, expuesta en la peatonal Muñecas al 200, en San Miguel de Tucumán.
La muestra se había inaugurado el pasado viernes 3 de agosto, estaba organizada por la Asociación de Prensa de Tucumán y por la Librería El Griego, y fue secuestrada en su totalidad por personas que lucían el logo en la Municipalidad de Tucumán tanto en la ropa que llevaban como en las dos camionetas que los transportaban.
Cuando el personal de la librería (la muestra se exhibía frente al local de El Griego) pidió a los secuestradores una identificación, ellos respondieron que tenían orden de llevarse todo; cuando se les pidió ver algún documento donde constara esa orden, pidieron no ser agredidos; y cuando uno de los responsables de la librería, Juan Manuel Frangoulis, quiso tomar una fotografía para documentar el secuestro, recibió como respuesta una trompada en la cara.
La muestra estaba compuesta por 20 gigantografías de contratapas de la revista
Barcelona y ya había sido exhibida en el Palais de Glace (Buenos Aires), el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (MACRO, Rosario), la Ciudad de las Artes (Córdoba), el Teatro Auditorium (Mar del Plata) y la Casa de la Cultura (Villa Gesell), y en septiembre se presentará en el Centro Cultural Malvinas Argentinas (La Plata). La curaduría de la muestra estuvo a cargo de la historiadora del arte María Isabel Baldaserre.
Ante la contundencia de los hechos, los responsables de la revista
Barcelona no pueden más que celebrar que los gobernantes tucumanos hayan dejado de lado las prácticas siniestras de la dictadura militar, propias del oscurantismo reinante durante los años de Domingo y Ricardo Bussi (tanto en dictadura como en democracia) y que hoy, con el Frente para la Victoria que gobierna tanto en la provincia como la capital San Miguel de Tucumán, la democracia, la tolerancia y la transparencia sean signos distintivos de la actual gestión.
Se trata, sin dudas, de un proceder prístino que sugiere un cambio profundo respecto de los años de plomo. Ya no se secuestran personas sino muestras de arte. Resulta evidente que el cambio recién empieza.

Redacción de la Revista
Barcelona:
Ingrid Beck
Mariano Lucano
Pablo Marchetti
Fernando Sanchez
Eduardo Blanco
Javier Aguirre
Daniel Riera
Mariana Pellegrini
Hernán Ameijeiras
F. G. Mazzeo
Carolina Topatigh

“Por otros 30.000 o el país se hunde”

Ese es el título de éste texto que encontré en ElForro, al igual que aquel que comparaba a Kirchner y a Videla, y está escrito por el mismo autor. A diferencia del anterior, éste me dio un poco de miedo. Que haya gente capaz de pedir una segunda “guerra sucia”, por más que sea un grupo muy minoritario, no puede inspirar más que eso.
Sigo creyendo que piezas como ésta solo pueden ser obra de subnormales o de kirchneristas encubiertos.
(De paso, les recomiendo hacerse miembros de ElForro. Pese a que muchos desubicados ponen textos como éste en él, hay también muchos chicos y chicas inteligentes con los que es un verdadero placer debatir).

Ya esta a mi no me importa nada la verdad… lo que quise expresar en el post anterior fue que yo nunca tuve problemas con la dictadura… siempre tenia conmigo el DNI… a lo sumo me apuntaban y averiguaban si yo era un subversivo, como yo tenia la conciencia tranquila y trabajaba de sol a sol, no tenia miedo que me lleven.
Es mas si me paraban, me sentía más seguro que en los últimos años.
Digan lo que digan algunos foristas de mi, sigo reivindicando la dictadura y su política de “limpiaje”, sigo opinando que un 95% de los desaparecidos eran unos subversivos, padres y abuelos de los que hoy cortan la calle, rompen la estación de tren o roban y toman de rehén a familias realmente trabajadoras.
Lo que mas me da bronca de este gobierno es que miente y hace cosas por izquierda, cuando a mi me educaron para trabajar y pagar los impuestos en pos de una mejor nación. Y yo mirando la tele, veo como estos partidos de izquierda rompen todo reclamando, con total resentimiento, reclamando igualdad social y $300 sin trabajar.
Mientras yo y mi mujer, tenemos que levantarnos a las 6 de la mañana y rompiéndonos el culo para poder mantener a mis hijos y pagar todos los impuestos, e incluso perder medio día de laburo para hacer cola en el banco para poder pagarlos.
En este país tienen que haber otros 30.000 desaparecidos, entre ellos militantes de Quebracho, militantes del MIJD, reos de todas las cárceles, habitantes del barrio Ejercito de los Andes y Carlos Gardel (No a todos, porque una parte son gente trabajadora) y a los que están en el Gran Hermano.
A ellos realmente tendrían que hacer desaparecer para que el problema desaparezca, también legalizar el aborto para que las indigentes dejen de abrir las piernitas y dejen de hacer esa fábrica de pobres a la cual están acostumbradas.

PD: Perdón si ofendí a alguien, pero es mi opinión, respeto la de ustedes...si es necesario contestar, contestaré


Link al texto original.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Síntomas de un candidato perdedor

Cuando un/a candidato/a sabe que va a perder en una elección inminente, presenta varios síntomas característicos.

  1. Proclama su desconfianza hacia las encuestas que lo/a dan como perdedor/a.
  2. Ataca con más virulencia que nunca a el/la candidato/a que las encuestan dan como ganador/a.
  3. Pide desesperadamente (y casi siempre infructuosamente) debatir con el/la candidato/a favorito/a.
  4. Culpa a los medios por su baja performance (esto puede darse tanto antes como después de los comicios).
  5. Apuesta a conquistar el voto de los indecisos.
  6. Se muestra absolutamente seguro/a de que ganará en primera vuelta.
  7. Se muestra absolutamente seguro/a de que entrará a la segunda vuelta y ganará en esa instancia.

martes, 14 de agosto de 2007

Change - Deftones


I watched you change
Into a fly
I looked away
You were on fire

I watched a change in you
It’s like you never had wings
Now you feel so alive
I’ve watched you change

I took you home
Set you on the glass
I pulled off your wings
Then I laughed

I watched a change in you
like you never had wings
Now you feel so alive
I’ve watched you change
Like you never had wings

I look at the cross
Then I look away
I give you the gun
Blow me away

I watched a change in you
It’s like you never had wings
Now you feel so alive
I’ve watched you change

You feel alive
You feel alive
You feel alive
I’ve watched you change
It’s like you never had wings

You changed
You changed
You changed

lunes, 13 de agosto de 2007

Fontevecchia & Blumberg

El domingo pasado el semanario Perfil publicó una entrevista de su director (o, como le gusta llamarse a sí mismo, “CEO”), Jorge Fontevecchia, al empresario, falso ingeniero, falso experto en seguridad y flamante candidato a gobernador bonaerense Juan Blumberg (puede leerse completa en éste link). Hay dos cosas que caracterizan dicha entrevista: la frivolidad de muchas de las preguntas de Fontevecchia y lo patético de muchas de las respuestas de Blumberg.
Lo de Fontevecchia no es del todo sorprendente, puesto que tanto Perfil como su revista Noticias se caracterizan por tratar temas serios y frívolos con la misma importancia, seguramente para atraer a un espectro más amplio de lectores (sirve como botón de muestra el que no solo haya hecho hace unos meses una nota en Noticias sobre un tema tan trascendente como el por qué de la amistad entre las mujeres y los gays, sino que la haya puesto en la tapa de la revista). Pero lo de Blumberg es otra cosa: leyendo sus respuestas vacilantes y plagadas de muletillas cualquiera creería que se está volviendo senil -y quizá no andaría muy equivocado-. Creo que Blumberg tiene suerte de que esa sea una entrevista publicada por escrito, pues si hubiese sido radial o televisiva lo hubiese dejado peor parado.
En primer lugar voy a poner las preguntas más tontas de Fontevecchia, y en segundo lugar las respuestas más erráticas de Blumberg.

¿Es cierto que llevaba casi una década de separación de su mujer a pesar de vivir juntos en la casa de Martínez?
¿Siempre trató de atacar los problemas con más actividad?
¿A qué edad se casó?
¿Y ella qué edad tenía?
¿Por qué usa el pelo largo? ¿Es una reminiscencia hippie?
¿En 1966, a los 21 años, integró un conjunto de danzas típicas lituanas llamado Ranvyna? ¿Fue bailarín?
¿Por parte de padre también son lituanos?
¿Por qué usted cree tener pasta de líder?
¿Por qué cree que Dios le dio esta misión?


Usted dijo en Radio 10, cuando el conductor González Oro le consultó sobre mails que ellos habían recibido denunciando que usted no era ingeniero, lo siguiente: “Soy ingeniero textil, recibido en la Universidad de Röttingen, en Alemania”. Una cosa es aceptar que alguien lo llame ingeniero; otra es cuando específicamente se le pregunta si no lo es. ¿Por qué confirmó que era ingeniero ante una pregunta concreta?
(se queda mudo y su cara comienza a desencajarse).
Toda su tesis sobre que le resultaba descortés aclararles a quienes lo llamaban ingeniero que no lo era, se desmorona.
Por supuesto.
Hace un año usted dio una conferencia ante estudiantes de periodismo y les pidió enfáticamente: “No mientan”.
(comienza a lagrimear)
(…)
Si usted fuera electo gobernador y se repite un corte del Puente Pueyrredón como el que costó la vida de los piqueteros Kosteki y Santillán, ¿ordenaría el desalojo como hizo Solá?
No. Hoy usted tiene formas disuasivas de hacerlo como hacen en Alemania y en Suiza. Hay formas de prevenir, anticiparse. Lo que pasa es que acá están haciendo todo al revés. Mandan un memo a toda la policía y les dicen que a quien tenga un informante le dan de baja. Otra de las cosas que ha hecho Arslanian es quemar los archivos de los delincuentes. Si usted quiere en una fiscalía mostrar fotográficamente quién puede ser, eso no existe más. Yo hablaba con la Policía de Inglaterra y les preguntaba cuánto guardan los archivos y me dicen 84 años. Huellas dactilares, palmas, ADN y fotografías. Acá estamos haciendo todo al revés.
(…)
¿Está a favor de los casamientos entre gays?
Uno con su traste hace lo que quiere. Pero creo que por algo Dios creó un hombre y una mujer.
¿Le pregunto si votaría a favor de una ley para el casamiento gay?
No, no, eso no.
¿Está a favor de despenalizar el aborto?
Estoy por la vida del individuo, de la concepción. Pero si hay casos extremos, cuando una persona es violada, uno tiene que ser prudente.
Durante una marcha en el barrio de Belgrano hace un año usted dijo: “Estas son ideologías que vienen de (Eugenio) Zaffaroni”, refiriéndose al juez de la Corte Suprema, y agregó: “Como ese fallo de él, que cuando a una persona la obligaron a hacer el sexo oral entonces, como estaba la luz apagada, no es un delito. Yo quisiera que a una hija de él le hagan eso a ver qué dice”. ¿No le parece una barbaridad decir esas cosas?
Lo usé de ejemplo, si le pasara no haría ese fallo.
¿Pero usted desea que le pase?
No, claro que no…
Pero es una barbaridad lo que dijo.
Quizá me equivoqué.
¿Le pide disculpas a Zaffaroni?
Por supuesto…
¿Se considera una persona de derecha?
No. Yo me considero una persona de centro e incluso más de centroizquierda.
¿Qué opina de Patti?
En Escobar lo quieren mucho. Ha impuesto orden, en Escobar no entraban los delincuentes. Y estuvo muy mal que no lo dejaran asumir.
¿Qué opina de Rico?
Lo conozco poco, sé que estuvo en el alzamiento…
¿Y de Ruckauf?
A mí me relacionaron con él pero yo lo vi una vez sola en el Congreso cuando él estaba sentado como diputado y hablaba de una cosa de balas (sic). Eso de meter balas son expresiones de políticos que en el fondo no hacen nada.
(…)
¿Usted estuvo de acuerdo con que los militares derrocaran a Isabel?
Yo estoy a favor de la democracia.
Hoy lo imagino, ¿pero qué pensaba en 1976?
En ese momento había un descalabro grande.
Durante el juicio a Von Wernich se presentó como prueba una carta en la que se menciona a civiles que están citados para declarar, entre ellos Roberto Durrieu, subsecretario de Justicia del ex presidente de facto Jorge Rafael Videla y abogado suyo en el juicio por el asesinato de Axel, como parte del sistema de represión ilegal. ¿Qué siente al ver y escuchar el juicio a Von Wernich?
En el caso de Durrieu, yo lo tomé a él como abogado de Axel e hizo todo el trabajo ad honorem. Yo de muchas cosas no tengo pruebas y hasta que no sea culpable, yo dudo. Pero este señor es el abogado de las empresas más prestigiosas de la Argentina y de países como Alemania que están con los Derechos Humanos.
Una empresa no es lo mismo que un candidato, ahora que compite para ser gobernador, ¿se arrepiente de no haber tenido en cuenta que había sido subsecretario de Videla?
Es que no sabía, vinieron otros abogados y hubo una selección. Por ejemplo rechacé a otros que fueron abogados de Yabrán.
¿Alguna vez en su vida se sintió peronista o fue siempre más lo que se denomina un “gorila”?
Soy honesto, no actuaba en política. El peronismo es el que más está con la asistencia de la gente, el más compenetrado con la justicia social y la gente.
Y además de verlo, ¿alguna vez votó por un candidato peronista?
Soy honesto
(lo repite a cada instante y fue borrado por cuestiones de espacio), es que no he votado tantas veces.