- ¡La última pregunta, por favor! - MZ Blog (recomiendo encarecidamente leerla a quienes quieren conocer mejor a nuestro flamante vicepresidente electo, Julio César Cleto Cobos)
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domingo, 11 de noviembre de 2007
Perlitas de la blogósfera (VII)
Publicadas por Martín L. a las 1:43 a. m. sin comentarios
Etiquetas: Generales, Internet, Julio Cobos, Perlitas de la blogósfera, Política
jueves, 8 de noviembre de 2007
Ahora, ella

Como sospecho que muchos empezarán a creer que estoy más interesado en la discusión que se ha venido dando en la tribuna de doctrina, y a la que me referí acá y acá, sobre si a Cristina Fernández de Kirchner corresponde llamarla “presidente” o “presidenta” (insisto: para mí es “presidenta”) que en analizar cómo será su presidencia, voy a lanzarme de cabeza al tema.
Néstor Kirchner siempre ha estado dividido entre lo que es y lo que quiere ser. Kirchner es un caudillo peronista, con todo lo bueno y malo que ello conlleva, pero quiere ser el líder de un gran partido de centroizquierda como el PSOE en España, la Concertación en Chile o el Partido Demócrata en EUA. Hasta ahora, ha hecho ensayos muy tímidos para formar esa fuerza de centroizquierda; con la ayer famosa y hoy olvidada “transversalidad” él logró atraerse a varios dirigentes de centroizquierda no -o ex- peronistas como Miguel Bonasso, Patricia Vaca Narvaja o Graciela Ocaña. Con la “Concertación Plural” se ganó la adhesión de casi todos los gobernadores radicales.
Pero los kirchneristas “transversales” ocupan cargos más bien marginales en el gobierno nacional, y el principal representante de la “Concertación”, Cleto Cobos, llega a la vicepresidencia con la humillación de haber perdido su provincia a manos de otro kirchnerista, Celso Jaque. El cálculo de Kirchner al ponerlo en la fórmula presidencial era que le acarrease votos radicales a la candidatura de CFK, pero a la larga el aporte del Cleto -como le dicen sus comprovincianos- fue nulo y casi negativo, considerando los desacuerdos entre su gobierno y el INDEC por la inflación de Mendoza, que se produjeron justo en los últimos tiempos de la campaña; la clave de la victoria de Cristina fue la estupenda performance de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires, junto con otros factores como cierto voto culposo de la clase media que apoyaba la continuidad del kirchnerismo por otros 4 años pero que no osaba confesarlo ante sus amigos o los encuestadores; yo mismo podría estar encuadrado en ese voto de no ser porque nunca oculté a nadie que iba a votarla.
Otra “estrella” de la “Concertación Plural”, el intendente marplatense Daniel Katz, fue vencido en su propio distrito y además fue desairado por Scioli, en cuyo gabinete él esperaba tener un puesto. Como bien señaló Pepe Pompín en su última videocolumna, el 28/10 fue un mal día para los “radicales K”.
El hecho es que los intentos de Kirchner de armarse una estructura propia ajena al aparato del peronismo no han tenido mucho éxito. Su sueño es que alejado de las tareas del gobierno, podrá armar esa estructura con más facilidad que como presidente. Si tendrá éxito o no, es difícil saberlo. Yo desde ya adelanto que todas esas ideas de organizar una gran fuerza de centroizquierda y una gran fuerza de centroderecha en la Argentina me parecen muy alejadas de la realidad. Como comenté en los Apuntes postelectorales que hizo Tavos en Homoeconomicus, encorsetar a nuestra clase política en esos dos conglomerados en como tratar de adaptar la cabeza al sombrero en vez del sombrero a la cabeza. Nuestra política es como es, y no se puede tratar de cambiarla artificialmente.
CFK va a estar a cargo de los asuntos de Estado, mientras que Kirchner va a dedicarse a dos tareas quizá contradictorias: por un lado, construir desde el poder ese gran espacio de centroizquierda con el que sueña (según la revista Noticias, Kirchner habla en privado de conseguirse ¡12.000 militantes! para su criatura), y por el otro negociar con los factores de poder -los empresarios, los sindicatos, los caudillos peronistas del interior y del GBA, todos los viejos conocidos- para garantizar la gobernabilidad de su esposa.
¿CFK representa un cambio? Sinceramente, dudo que sea algo más que un cambio cosmético. Probablemente la veamos dar muchas más entrevistas que Kirchner (aunque siempre en el mismo estilo que las que concedió a Bonelli & Silvestre o a Morales Solá), respetar más el protocolo, hacer más viajes diplomáticos y quizá decida emplear al Congreso con más frecuencia que los DNU para aprobar leyes, más que nada por la cómoda y paradójicamente inédita mayoría con la que cuenta en ambas Cámaras. Tal vez, sólo tal vez, se impulsen el juicio por jurados (algo que a mí me parecería realmente positivo) y el voto electrónico (lo cual, como dije antes, yo veo con desconfianza). Pero en el fondo, el éxito de su gobierno no depende de todas esas cosas, que a la larga son apenas gestos. El éxito de su gobierno depende de cómo hará Kirchner para disciplinar y/o satisfacer a los factores de poder.
Publicadas por Martín L. a las 3:17 a. m. 2 comentarios
Etiquetas: Cristina Fernández de Kirchner, Julio Cobos, Música, Néstor Kirchner, Política
sábado, 28 de julio de 2007
CFK y Cleto

Fragmento del discurso de CFK en el lanzamiento de su candidatura (fíjense en su tic de acomodar constantemente los micrófonos)
En la Argentina han sido raras las ocasiones en que los presidentes se han llevado bien con sus vicepresidentes. Miguel Juárez Celman desconfiaba profundamente de su vice, Carlos Pellegrini, a quién consideraba -con razón- demasiado vinculado a Julio Roca, su cuñado y ex aliado político; la renuncia de Juárez Celman en 1890 permitió que Roca y Pellegrini gobernasen el país.
Manuel Quintana y José Figueroa Alcorta tenían una relación muy fría, y cuando los radicales hicieron su tercer intento revolucionario en 1905, tomaron prisionero al vicepresidente y lo obligaron a pedir por telégrafo al presidente ciertas condiciones, bajo la amenaza de ejecutarlo. Quintana se rehusó, y ese incidente dañó sus relaciones durante el resto de su mandato.
Marcelo T. de Alvear no sentía tampoco mucha confianza hacia su vice Elpidio González, un radical yrigoyenista; debido a ello, evitó durante su mandato abandonar el país, pues debía dejar la presidencia en manos de González.
El vicepresidente de Hipólito Yrigoyen durante su segundo mandato, Enrique Martínez, permitió que avanzase la conspiración de José Uriburu para poder reemplazarlo eventualmente en la presidencia, pero Uriburu los depuso a ambos, en el primer golpe de Estado exitoso de la historia argentina contemporánea.
Roberto Ortíz y Ramón Castillo mantuvieron una relación relativamente cordial mientras ocuparon la presidencia y la vicepresidencia, pero cuando Ortíz se quedó ciego, Castillo lo reemplazó, abandonó sus tímidas iniciativas en pos de la apertura del sistema político y restauró el “fraude patriótico”. Ésto fue seguramente una de las causas del golpe de 1943, que fue la causa del surgimiento del peronismo, así que es interesante preguntarse qué hubiese pasado si Ortíz hubiese conservado su buena salud, o si Castillo no lo hubiese traicionado.
El segundo vicepresidente de Perón, Alberto Teisaire, goza de la rara distinción de ser el único en no haber sido elegido junto con un presidente. Cuando el vicepresidente Hortensio Quijano -otro caso único en la historia argentina, por haber sido el único vicepresidente reelecto- murió en 1952, Perón convocó elecciones para cubrir esa vacante, estableciendo un precedente que ningún sucesor ha seguido (todos prefirieron, en los casos en que “perdieron” a sus vices, que el presidente del Senado ocupase ese rol). Teisaire no le disputó el liderazgo, pero fue el más destacado de los miembros de lo que podríamos llamar “segunda generación” de dirigentes peronistas, marcada por la corrupción, el autoritarismo y la adulación al Líder, de modo que podría decirse que lo perjudicó bastante. Tras la caída de Perón, Teisaire estuvo entre quienes lo abandonaron para lanzarse a los brazos de los “libertadores”.
Alejandro Gómez, vicepresidente de Arturo Frondizi, renunció en noviembre de 1958, por diferencias con la política petrolera del gobierno, sentando también un precedente inédito. Falleció en febrero del 2005, a los 96 años.
El vicepresidente de Raul Alfonsín, Víctor Martínez, era un hombre vinculado a la derecha radical y a los militares, que en muchas ocasiones analizaron ponerlo en la presidencia. Los dos vices de Carlos Menem, Eduardo Duhalde y Carlos Ruckauf, aspiraban a sucederlo y no tardaron en diferenciarse de él. El vicepresidente de Fernando De la Rúa, Carlos “Chacho” Álvarez, se enfrentó a él casi enseguida después de asumir, y acabó renunciando.
En cuando al actual vicepresidente, Daniel Scioli, su relación con el presidente Kirchner parece haberse estabilizado, pero en los primeros meses de su mandato “corrió por derecha” a Kirchner criticando su política de DD.HH. y pidiendo un aumento de tarifas de servicios públicos. Kirchner le aplicó una fulminante “terapia del teléfono”, negándose a ver al vicepresidente, y a atender sus llamadas, hasta que Scioli terminó doblegándose. Ahora Kirchner lo “indultó” y lo ha candidateado a gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Y, de paso, quiero mencionar a una de mis series favoritas, 24. En su segunda temporada, el presidente de EUA es David Palmer, y su vicepresidente es Jim Prescott. Cuando se encuentran evidencias de que tres países de Oriente Medio estuvieron involucrados en un atentado nuclear en EUA, Palmer es presionado por sus asesores para que realice un ataque sorpresa a esos tres países, pero el héroe de la serie, Jack Bauer, lo convence de que las evidencias podrían ser falsas. Entonces, el jefe de Gabinete Mike Novick se las arregla para invocar la 25ª enmienda de la Constitución estadounidense, que permite a los miembros del gabinete suspender al presidente y reemplazarlo por el vicepresidente, en caso de que ellos juzgen que el presidente es incapaz de cumplir sus funciones. Prescott apoya a Novick y finalmente Palmer es suspendido.
En la última temporada, el presidente es el hermano menor de David Palmer, Wayne, y su vicepresidente es Noah Daniels. Cuando Wayne sufre un atentado y cae en coma, Daniels asume la presidencia. Pero cuando Wayne es despertado del coma e intenta reasumir el cargo, Daniels invoca la 25ª enmienda para conservar el poder en sus manos.
¿Cleto será diferente a los otros vicepresidentes? ¿Será leal a CFK, una vez que ambos ocupen la cúspide del Estado? ¿O la traicionará, como hizo con su padrino político Roberto Iglesias? Yo me inclino por creer lo segundo. Cleto tiene sus propias ambiciones, y algo me dice que podría ser tan peligroso para CFK como Prescott y Daniels para los Palmer. Si yo fuese CFK, habría postulado a alguien absolutamente leal y carente de estatura política en vez de arriesgarme a darle un puesto tan importante como la vicepresidencia a alguien como Cleto.
¿Cleto será diferente a los otros vicepresidentes? ¿Será leal a CFK, una vez que ambos ocupen la cúspide del Estado? ¿O la traicionará, como hizo con su padrino político Roberto Iglesias? Yo me inclino por creer lo segundo. Cleto tiene sus propias ambiciones, y algo me dice que podría ser tan peligroso para CFK como Prescott y Daniels para los Palmer. Si yo fuese CFK, habría postulado a alguien absolutamente leal y carente de estatura política en vez de arriesgarme a darle un puesto tan importante como la vicepresidencia a alguien como Cleto.
Publicadas por Martín L. a las 1:23 a. m. 2 comentarios
Etiquetas: Cristina Fernández de Kirchner, Daniel Scioli, Historia, Juan Perón, Julio Cobos, Medios de Comunicación, Néstor Kirchner, Política
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