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lunes, 2 de julio de 2007

Hipólito y Fedra

Esta historia ocurrió muchos años después de la aventura de Teseo en Creta. El héroe ya había sucedido a su padre Egeo como rey de Atenas, y estaba casado con Fedra, hija de Minos y hermana de Ariadna. Tenía dos hijos con ella, Acamante y Demofonte, además de un hijo natural, Hipólito, que había tenido, según unas versiones con Antiope y según otras con Hipólita, reina de las Amazonas. Teseo hizo que su abuelo materno Piteo, rey de Trecén, adoptase a Hipólito como heredero del trono, para que sus hijos con Fedra heredasen la corona ateniense sin problemas.
Hipólito era un joven atractivo, pero muy serio y responsable. Era un fiel muy devoto de la casta diosa Artemisa, a quién erigió un lujoso templo en Trecén. Afrodita, celosa de su hermana y considerando que Hipólito la había insultado al no construirle a ella también un templo, decidió castigarlo haciendo que su madrastra Fedra se enamorase de él cuando Hipólito viajó a Atenas para participar de los Misterios eleusinos.
Fedra viajó a Trecén y construyó un templo a Afrodita, ubicado cerca del gimnasio de la ciudad, y con el pretexto de rezar a la diosa concurría al edificio todos los días para ver a Hipólito ejercitarse, según la costumbre griega, completamente desnudo. Cuando Hipólito viajó a Atenas para asistir a un festival, Fedra utilizó el templo local de Afrodita para el mismo propósito.
Finalmente la reina de Atenas se cansó de mirar y le mandó una carta a Hipólito, que estaba alojado en el palacio de Teseo, en la que le proponía asesinar a su padre y casarse con ella. Hipólito, horrorizado, quemó la carta y fue al dormitorio de Fedra, donde rechazó indignado su propuesta y amenazó con delatarla ante Teseo, para luego dejarla encerrada. Igualmente furiosa, Fedra se rasgó el vestido, escribió una carta acusando a Hipólito de haberla violado y se ahorcó.Cuando Teseo se enteró de la supuesta violación y muerte de su esposa, maldijo a su hijo y lo exilió de Atenas. Luego rezó al dios Poseidón para que matase a Hipólito. Poseidón accedió al pedido y, mientras Hipólito cabalgaba por un camino cercano a la costa, hizo que un monstruo marino saliera del mar y lo atacara.
Hipólito consiguió que sus caballos eludieran al monstruo, pero estaban tan aterrorizados que el carro chocó contra un montón de piedras y se despedazó; enredado en las riendas, Hipólito fue arrastrado por los caballos y sufrió heridas mortales.
Hipólito fue llevado a Trecén, moribundo. Artemisa se presentó ante Teseo, le dijo la verdad sobre la muerte de Fedra, y lo transportó mágicamente a Trecén, donde hizo las paces con su hijo. Luego ordenó a los trecenos que rindieran honores divinos a Hipólito y parece que se vengó de Afrodita matando a su amante Adonis.
Hay una versión que afirma que Artemisa pidió a Asclepio que resucitara a Hipólito. El médico aceptó y le devolvió la vida, pero Zeus los mató a ambos con un rayo; no obstante, lo mismo se decía de Orión y de otros héroes. Los italianos contaban que, en realidad, Artemisa -a la que ellos, como se sabe, adoraban con el nombre de Diana- logró salvar a Hipólito del rayo de Zeus convirtiéndolo temporalmente en un anciano llamado Virbio (que significa vir bis, o “dos veces hombre”). Luego lo trasladó a Aricia, en Italia, donde lo casó con Egeria, aquella ninfa famosa por asesorar a Numa Pompilio, segundo rey de Roma.

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