Fecha y hora de la Argentina

Traducir el blog a:

miércoles, 31 de octubre de 2007

Marvin Harris y las vacas sagradas de la India

En mi reciente parcial de Antropología, me hicieron estudiar un fragmento del libro Bueno para comer, del antropólogo -para mí- funcionalista Marvin Harris. En él, Harris analiza el por qué algunos alimentos son aceptados por determinadas sociedades y rechazados con asco por otras, y dedica un capítulo a las vacas sagradas de la India. Harris afirma a lo largo de su libro que la aceptación y el rechazo no están vinculados a cuestiones culturales sino a la relación de costos y beneficios económicos y nutricionales que presentan para cada sociedad. A continuación trascribo un pequeño resumen que hice yo sobre su original teoría sobre las vacas sagradas indias (la observación sobre el mito de Caronte es mía, no de Harris).

El carácter sagrado de vacas y toros se vincula en la teología hindú con la creencia en la trasmigración de almas. A sus ojos, todas las criaturas son almas que han ascendido o descendido en el camino hacia el Nirvana. Hacen falta 86 trasmigraciones para pasar de la forma más baja, el demonio, a la vaca, y una más para que el alma pase a ser humana. Pero el alma puede retroceder, y la de un ser humano que mate a una vaca o un toro es rebajada al status de demonio. Además, los hindúes afirman que en cada vaca o toro moran 330 millones de dioses. También hay recompensas para quién preste servicio y culto a una vaca, pues él mismo y 21 generaciones de sus descendientes irán al Nirvana.
Otra creencia es que los muertos deben atravesar a nado un río para llegar al otro mundo, y que pagando limosnas a los templos para la alimentación de las vacas, los deudos le compran al finado el derecho a ser ayudado por una vaca a cruzar el río. Esta creencia es muy similar a la de griegos y romanos, que creían que los muertos debían cruzar el río Estigia para llegar al Hades y que colocaban en sus ojos y/o bocas monedas para que le pagasen al botero Caronte para que los llevase al otro lado. Por ese mismo motivo, muchos hindúes solicitan en su lecho de muerte que se les permita aferrarse al rabo de una vaca.
Marvin Harris afirma que los orígenes históricos del mito de la vaca sagrada están en las costumbres de los vedas, pueblo que dominó el sur de la India entre el siglo XIX y el siglo IX a. C. Entre los vedas ya existía el sistema de castas, y había cuatro: los brahmanes (sacerdotes), los chatrias (jefes militares y políticos), los vaisias (comerciantes) y los sudras (criados). Los vedas tenían una economía predominantemente pastoril, y se alimentaban de carne vacuna tras sacrificar las reses a los dioses. Si bien las raciones de carne eran mayores para los miembros de las castas superiores, el reparto era relativamente equitativo. Cualquier ocasión -una boda, un funeral, una visita diplomática, una victoria militar- era propicia para realizar sacrificios seguidos por banquetes pantagruélicos de carne vacuna.
Alrededor del siglo VII a. C., la población creció enormemente, y la alimentación pasó a depender de la agricultura y de la explotación lechera del ganado. No obstante, los brahmanes y chatrias continuaron con sus sacrificios-banquetes de carne bovina, lo cual en el nuevo contexto no solamente era una demostración casi obscena de la gran diferenciación socioeconómica que existía entre las distintas castas, sino que además causaba bastantes perjuicios a los miembros de las castas más bajas, que dependían de las vacas para la obtención de leche y de los toros para el arado, y que debían cederlos en muchas ocasiones para el consumo de los brahmanes y los chatrias.
En esa situación cargada de tensiones, surgió el budismo. Esta nueva religión, la primera contraria a la matanza de animales. Las enseñanzas de Buda señalaban como pecaminoso el sacrificio ritual de animales, y esta condena fue la clave de su popularidad entre las clases bajas. Abrazar el budismo era, en ese marco, desafiar a los brahmanes y chatrias. Varias religiones similares surgieron al mismo tiempo, la principal de las cuales fue el jainismo, que sobrevivió hasta la actualidad.
Las castas superiores, conscientes del peligro que representaba la nueva situación, decidieron no reprimir al budismo sino llevar su defensa de las vacas un paso más allá; así, el hinduismo pasó a prohibir terminantemente, empleando los argumentos teológicos arriba enumerados, el consumo de carne bovina (el budismo solamente prohibía sacrificar vacas a los dioses o comer carne de vacas sacrificadas, pero no el consumo de su carne en general). Así, los brahmanes y chatrias cedieron el privilegio de comer carne vacuna para conservar su posición de preeminencia social, política y económica.

3 comentarios:

  1. Ah, Harris, Harris. Final de Antropología, Julio de 2005. Buenos recuerdos.

    ResponderBorrar
  2. A mí no me pareció malo; de hecho, de todas las cosas que tuve que estudiar para ese parcial me pareció lo más light, aunque probablemente se deba a que solo tuve que estudiar la introducción y dos capítulos de Bueno para comer.
    Saludos y gracias por la visita.

    ResponderBorrar
  3. la mejor antropologia social...eso es harris

    ResponderBorrar