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miércoles, 9 de enero de 2008

Sweet Caroline

De todos los episodios de la serie Prison Break, mi favorito es sin la menor duda Sweet Caroline, al final de la segunda temporada. En él aparece por última vez el personaje de Caroline Reynolds. En la primera temporada ella es vicepresidenta de los Estados Unidos, y en el capítulo final ella hace envenenar al presidente y lo sucede en el cargo.
En los capítulos previos a Sweet Caroline, los protagonistas Michael Scofield y Lincoln Burrows consiguen una grabación de la presidenta hablando con su hermano Terrence Steadman. Como el contenido de la grabación es muy comprometedor, los hermanos deciden extorsionarla para lograr que los indulte y puedan dejar de ser fugitivos.
Michael asiste a un acto en favor de la reelección de Caroline, en un hotel en Chicago. Mezclado entre la multitud de personas deseosas de estrecharle la mano a la presidenta, alcanza a pasarle una nota que dice simplemente “Tenemos la grabación”.
Los agentes del Servicio Secreto detienen a Michael y lo llevan a la cocina del hotel, donde lo entregan al perverso Bill Kim, un agente de la igualmente perversa y misteriosa “Compañía”. Kim tortura a Michael para que revele la ubicación de su hermano Lincoln, pero él no suelta prenda y exige hablar con la presidenta. Finalmente Kim decide matarlo, diciéndole que no le importa si él le dice o no donde está Lincoln. Le apunta a la cabeza y cuando está a punto de disparar, Caroline irrumpe en la cocina.

CAROLINE: Necesito hablar con el señor Scofield. A solas.
(Kim, tras vacilar unos segundos, baja la pistola y se acerca a Caroline)
KIM: Presidenta. ¿Podría decirle algo…?
(Caroline permanece en silencio)
KIM: No sería prudente dejarla a solas con el señor Scofield…
CAROLINE: Mis hombres están afuera, tengo derecho a la privacidad.
KIM (con desprecio): Sus derechos no son mi principal preocupación.
CAROLINE: ¿Debo recordarle con quién está hablando? Salga afuera y cierre la puerta.
(Kim recupera la compostura, sonríe a Caroline, mira a Michael por última vez y sale. Caroline se aleja unos pasos para asegurarse de que realmente se haya ido y luego se acerca a Michael nuevamente.)
CAROLINE (burlona): Las cosas que hace por su hermano… Es impresionante.
MICHAEL: Podría decir lo mismo de usted… (Escupe sangre) Pero no lo haré.
CAROLINE: Métase en la cabeza que su opinión significa poco para mí. Esta grabación… ¿la tiene con usted?
MICHAEL: No. Pero puedo hacer que usted la escuche.
CAROLINE (entre risas): Usted no hace cosas para mí, señor Scofield, tengo gente que se ocupa de eso. No estoy exactamente segura de qué hay en esta grabación, pero dudo que sea de interés para mí.
MICHAEL: Es una conversación grabada entre usted y su hermano.
CAROLINE: Bueno, de millones de conversaciones que tuve con mi hermano a lo largo de su vida…
MICHAEL: Seré más específico. Fue grabada algún tiempo después de su muerte. Y esta… conversación en particular… quizá quiera mantenerla en la familia.
CAROLINE (más nerviosa): ¿Y dónde está?
MICHAEL: Veinte copias en veinte lugares distintos. Puedo llamar a mi hermano ahora mismo. Puede reproducirla para usted.
CAROLINE: No por teléfono. Que la traiga aquí.
(Michael gira la silla a la que está esposado, para quedar mirando a Caroline de frente.)
MICHAEL: Esas son las condiciones. Puede escucharla por teléfono, o puede escucharla en el noticiero. Depende de usted.
(La presidenta finalmente accede y llama a Lincoln. Él atiende el teléfono)
LINCOLN: ¿Sí?
CAROLINE: ¿Lincoln Burrows?
LINCOLN: Caroline Reynolds.
CAROLINE: Tengo entendido que usted tiene algo para mí. (Lincoln guarda silencio) ¿Sigue ahí?
LINCOLN: Oh, estoy aquí. Es bueno poder hablar con usted finalmente. Ojala hubiera tenido ocasión de hacerlo durante esas 242 noches que pasé en el pabellón de condenados a muerte…
CAROLINE: Por favor, tan solo ponga la grabación.
(Con un gesto de cólera, Lincoln obedece. Se escuchan las voces de Caroline y de Terrence Steadman.)
CAROLINE: “Es horrible, lo sé. Pero la elección era clara, tenías que estar lejos de todos.”
TERRENCE: “Lo estoy. Soy la Isla de Terrence, lejos en el mar.”
CAROLINE: “Pero todavía estoy aquí para ti. Ahora escúchame, no te atormentes viendo solamente el lado negativo.”
TERRENCE: “Algunas personas merecen atormentarse, Caroline.”
CAROLINE: “Tú sabes que estoy a solo un llamado de distancia.”
TERRENCE: “Y a 3.000 millas… ¿Sabes…? ¿Sabes lo frío que es este lugar?”
CAROLINE: “Ya hablamos de esto, Terrence. Sabías que estarías solo, pero es solamente algo temporal. Su proceso de apelación ya ha empezado. Esto va a pasar más rápido que tu época veinteañera. Y pronto el mundo se olvidará de él… y se olvidará de ti también. Te lo prometo.”
TERRENCE: “Pero me mata no poder verte, dulce Caroline.”
CAROLINE: “Yo también quiero verte. Pero no puedo todavía.”
TERRENCE: “Esta casa es tan grande… Yo solo puedo pensar en ti… tendida en la cama…”
CAROLINE: “Lo sé, yo también.”
TERRENCE: “Tu calor… tu tacto…”
(Caroline cuelga el celular, incapaz de seguir escuchando. Se vuelve hacia Michael.)
CAROLINE (Con la voz quebrada): ¿Fue rápido, cuando se suicidó?
MICHAEL: Fue mucho más rápido que como murió mi padre. Le dispararon en la espalda. Murió en mis brazos.
CAROLINE: Tan solo quiero saber qué pasó.
MICHAEL: Su hermano se disculpó. Dijo que lo lamentaba y luego se voló los sesos por toda la pared. Fue rápido, y fue su decisión. Y ahora llegó el momento en que usted tome una decisión.
CAROLINE: Hice mi promesa hace mucho tiempo. Estuve dispuesta a poner a mi país antes que a mí misma, como una madre con su hijo. Y pensé que lo que hacía era noble y que sería recompensada.
MICHAEL: Se equivocó.
CAROLINE: ¿No ve que yo también soy un peón? El poder que se ha apoderado de este país es como un cáncer y no se detendrá por nada. Está fuera de mi control.
MICHAEL: Esto también.
CAROLINE: Dígame lo que quiere de mí.
MICHAEL: Quíteme las esposas.
CAROLINE: No tengo las llaves.
MICHAEL: Las conseguirá. Luego quiero que me permita irme de aquí solo. Sin que nadie me siga.
CAROLINE: De acuerdo.
MICHAEL: Y por último, quiero un indulto presidencial para mí y para mi hermano, exonerándonos plenamente de todos nuestros crímenes. Y lo quiero hoy.
CAROLINE: No puedo simplemente regalar indultos a cualquiera. Hay un proceso, reglas…
MICHAEL: Esto no es una excepción. Un documento le será traido para que lo apruebe, como cualquier indulto. Lo firmará y lo entregará al Procurador General para que lo guarde en el archivo presidencial.
CAROLINE: Bien, firmaré lo que sea que necesite que firme…
MICHAEL: Muy amable, pero ambos sabemos que no es suficiente.
CAROLINE: ¿Qué quiere de mí? Le quitaré las esposas, lo acompañaré afuera. ¿Qué más quiere, que lo lleve en auto al aeropuerto…?
MICHAEL: Supongo que ya no soy tan confianzudo como solía ser, especialmente en lo que se refiere al papeleo. Es tan fácil que “se pierda”. No, quiero que vaya ahí afuera, delante de todo el mundo, y que anuncie nuestro indulto en vivo, por televisión.
CAROLINE: ¡Está loco! ¡Esa no es la manera de hacer las cosas! ¡Esto no es un vacío, la gente hará preguntas!
MICHAEL: ¡Un indulto! ¡En público! ¡Ahora!
CAROLINE (exasperada): ¿Y cómo sé que no le dará la grabación a los medios una hora después?
MICHAEL: No lo sabe. Tan solo tendrá que confiar en mi palabra.
CAROLINE: Bueno, necesito más que eso.
MICHAEL: Bueno, es todo lo que tendrá. Caroline, es la hora. Haz tu decisión.
(Caroline sale de la cocina y se encuentra a Bill Kim y los agentes del Servicio Secreto esperándola. Se dirige a uno de ellos.)
CAROLINE: Adams, necesito que le quites las esposas al detenido y que lo traigas aquí para ser liberado.
KIM (furioso): ¿Qué está haciendo?
CAROLINE: Voy a hacer un anuncio indultando al señor Scofield y a su hermano, y él se irá de aquí ileso.
KIM (en voz baja): ¿Se ha vuelto loca?
CAROLINE (en el mismo tono): Poseé evidencias irrefutables.
KIM: Podríamos acabar esto ahora mismo, ¿y va a dejarlos marcharse?
CAROLINE: Soy la comandante en jefe y usted es un lacayo corporativo. Yo tomo las decisiones ahora, tú no tienes la autoridad.
(Adams sale de la cocina con Michael)
CAROLINE: Mis hombres se asegurarán que el señor Scofield se vaya sin ser detenido por usted y sus perros.
(Michael se va, mientras Kim lo mira con ira.)

Escena final. Michael y Lincoln, en su escondite, miran por televisión el inminente discurso de la presidenta. Por su parte, Caroline se aproxima a la sala donde hablará con la prensa, pero es interceptada por Bill Kim.
KIM: No va a hacerlo.
CAROLINE: Me temo que sí.
KIM: Hay ciertos hechos de los que debería estar al tanto.
CAROLINE: He tomado mi decisión, y apreciaría que ustedes no dudaran de mí.
KIM: No creo que lo entienda. Nosotros también conocemos sus secretos. Y podemos revelarlos fácilmente. Necesita preguntarse a usted misma a quienes teme más: ¿a Michael Scofield o a nosotros?
ASISTENTE: Faltan 30 segundos.
KIM: No la seguiré retrasando. El mundo espera.
ASISTENTE: Faltan 10 segundos.
LOCUTOR OFICIAL: Damas y caballeros: la presidenta de los Estados Unidos.
(Caroline borra su gesto de preocupación del rostro y sube al escenario con una gran sonrisa, entre aplausos del público. Empieza su discurso.)
CAROLINE: Gracias por esperar tan pacientemente toda la tarde. Si no fuera por el apoyo que me ha dado este gran estado, mi lugar de nacimiento, Illinois (aplausos), no estaría aquí hoy. Y es por eso que he elegido este día para hacer este anuncio importante. Una situación ha salido recientemente a la luz, y creo que debo actuar. Es mi trabajo como presidenta de este gran país tomar decisiones racionales cuando se me presentan los hechos. Decisiones que son mejores no para mí sino para el pueblo. Así, tras muchas consideraciones, lamento informarles que se me ha diagnosticado un cáncer altamente maligno. Y por esa razón, ya no soy capaz de ser su comandante en jefe. En el mejor interés de este país, renuncio inmediatamente al cargo de presidenta de los Estados Unidos.

1 comentario:

  1. nunca he visto la serie a pesar que sé que tiene su fanaticada. Este segmento que mencionas me atrapó, me dio mucha curiosidad de saber que pasó luego con cada personaje, no esperaba el término

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