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sábado, 1 de septiembre de 2007

Harry y Walburga

Continuación de Los Malfoy y Snape.
Todos los personajes son de J. K. Rowling.

Aquella noche, cuando llegó a Grimmauld Place, Harry decidió que era el momento de hacer que los retratos de esa vieja casa se comportasen civilizadamente, dado que era imposible despegarlos. Estaba muy cansado, pero después de dar un discurso ante cientos, tal vez miles de personas, se sentía más osado que un león.
El elfo Kreacher, como es natural, había acompañado a su amo a Grimmauld Place, y aunque Harry estaba bastante seguro de su lealtad, no quería ponerla a prueba haciéndolo presenciar un enfrentamiento verbal entre él y los retratos, de modo que le dijo:
-Kreacher, ¿podrías por favor subir y ordenar el cuarto de Sirius? Voy a dormir allí ésta noche. Y cierra bien la puerta de la habitación mientras lo haces.
-Sí, amo -contestó el elfo mirándolo con adoración y sin cuestionarse el por qué de sus ordenes.
Una vez que Kreacher hubo subido las escaleras y cerrado la puerta, Harry se acercó al retrato de la madre de Sirius. Curiosamente, nunca le había preguntado a su padrino su nombre, pero por suerte vio una pequeña placa debajo del marco que decía “Walburga Black”.
Harry luego procedió a destapar el retrato. Walburga, sorprendida, abrió los ojos y una vez que divisó al ahijado de su hijo mayor, lo miró con odio y se puso a dar alaridos:
-¡ASQUEROSO MESTIZO, SAL DE MI CASA INMEDIATAMENTE! ¡DEJA DE MANCILLAR ÉSTA MORADA DE MAGOS DE SANGRE PURA CON TU INMUNDA PRESEN…!
-¡CÁLLATE! -gritó Harry- ¡CÁLLATE INMEDIATAMENTE, WALBURGA!
Walburga, sorprendida, guardó silencio, pero estaba claro que pronto reemprendería sus rugidos de rabia contra la presencia de Harry Potter en su casa. Harry no le dio tiempo.
-¡¿TÚ, EL RETRATO DE UNA MUJER QUE LLEVA MUERTA CASI 10 AÑOS, PRETENDES IMPEDIR QUE YO, HARRY POTTER, VIVA EN LA CASA DE LA QUE SOY LEGÍTIMO PROPIETARIO?! ¡¿YO, QUE HE MATADO A LORD VOLDEMORT, NO PUEDO VIVIR AQUÍ SOLO PORQUE UN RETRATO DICE QUE NO PUEDO?!
“¡YO, HARRY JAMES POTTER, HE DERROTADO Y MATADO A LORD VOLDEMORT HACE MENOS DE 24 HORAS, WALBURGA! ¡TUS IDEAS SOBRE LA SUPREMACÍA DE LA SANGRE PURA HAN SIDO VENCIDAS JUNTO CON ÉL! ¡ESTÁN TAN MUERTAS COMO ÉL Y COMO TÚ, WALBURGA!
“¡Y DÉJAME DECIRTE OTRA COSA, WALBURGA BLACK: TUS DOS HIJOS SE REBELARON CONTRA ESAS IDEAS Y MURIERON POR ELLO! ¡REGULUS MURIÓ TRAS INTENTAR DESTRUIR UN HORROCRUX DE VOLDEMORT, Y SIRIUS MURIÓ LUCHANDO CONTRA LOS MORTÍFAGOS, A MANOS DE TU QUERIDA SOBRINA BELLATRIX! ¡YA NO QUEDAN VARONES DE SANGRE PURA QUE LLEVEN EL APELLIDO BLACK, Y TODO POR CULPA DE VOLDEMORT! ¡DE VOLDEMORT, WALBURGA, NO DE LOS “SANGRE IMPURA” NI DE LOS “TRAIDORES A LA SANGRE” NI DE LOS MESTIZOS: DE VOLDEMORT!
Walburga estaba estupefacta. La confirmación de que su hijo menor había muerto parecía haberla afectado menos que la noticia de que, antes de morir, había traicionado a Voldemort. Y la noticia de que su hijo mayor había muerto parecía afectarla menos que el hecho de que con él se hubiesen extinguido los Black. Nadie se había molestado en contárselo.
Por primera vez en años, el retrato de Walburga habló en un tono normal de voz:
-¿Es… es cierto lo que me dices?
-Absolutamente cierto. Yo mismo vi morir a Sirius, y Kreacher vio morir a Regulus. Puedo traerlo y preguntarle si quieres.
-No, no hace falta.
Con mayor suavidad que antes, pero con la misma firmeza, Harry le dijo:
-Walburga, te guste o no, yo tengo derecho a vivir aquí y voy a vivir aquí. El último heredero de ésta casa, tu hijo Sirius, me la dejó en su testamento. Cuando me case, traeré a mi esposa a vivir aquí. Si tengo hijos, ellos crecerán aquí. Y, con suerte, ésta casa será habitada por generaciones y generaciones de miembros de la familia Potter.
“Tal vez esa perspectiva te desagrade… no, seguramente esa perspectiva te desagrada, Walburga. Pero hay otra perspectiva mucho peor: la destrucción de ésta casa. Porque si tú vuelves a insultar a los “traidores a la sangre”, a los “sangre impura” o a los mestizos, si vuelves a insultar a cualquier persona en ésta casa o a pedir que se vayan, te prenderé fuego y dejaré que el fuego devore toda la casa. Si no aceptas que yo, Harry Potter, y mis hijos y los hijos de mis hijos y los hijos de los hijos de mis hijos vivan aquí, en el número 12 de Grimmauld Place, entonces me aseguraré de que nadie más viva aquí. Y no creas que perder ésta casa me dolerá en términos financieros, pues tu hijo y mi padre me han dejado suficiente dinero como para comprar tres o cuatro propiedades como ésta, al menos. Pero quiero vivir aquí, quiero que ésta casa sea habitada por personas felices de una vez por todas, en vez de por una familia fanática de las ideas de Voldemort cuyos miembros amaban más a su propio linaje que a ellos mismos, y que desheredaban a todos aquellos que se saliesen del molde.
“Así que, a menos que quieras que ésta casa se queme hasta los cimientos, comenzando por tu retrato, guarda silencio. ¿Entendido?
-Sí -respondió Walburga con un hilo de voz.
-Y diles a los demás retratos que lo mismo va para ellos.

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